Las olas dijeron a la arena de la playa:
-¿Quieres jugar con nosotras?
La arena, impasible, no respondió.
El viento probó su turno susurrando:
-y tú, ¿quieres jugar conmigo?
Pero la arena tampoco respondió.
Los niños llegaron a la playa y se pusieron a jugar con la arena.
Y sus mejillas se humedecieron con lágrimas de gratitud.
-¿Quieres jugar con nosotras?
La arena, impasible, no respondió.
El viento probó su turno susurrando:
-y tú, ¿quieres jugar conmigo?
Pero la arena tampoco respondió.
Los niños llegaron a la playa y se pusieron a jugar con la arena.
Y sus mejillas se humedecieron con lágrimas de gratitud.
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