jueves, 28 de febrero de 2008

Atlas, «el gigante que sostiene el mundo sobre sus hombros»


Proteínas motoras.

Algunas proteínas aprovechan la hidrólisis de ATP para generar energía mecánica y desplazar sustancias sobre microtúbulos. Éstas son la dineína, transportador anterógrado, y la kinesina, transportador retrógrado.

Dineína

Las dineínas son una familia de proteínas motoras que median el transporte intracelular retrogrado sobre los microtúbulos.
La dineína es una molécula de estructura similar a la kinesina: consta de dos cadenas pesadas idénticas que conforman dos cabezas globulares y de un número variable de cadenas intermedias y de cadenas ligeras. Se sugiere que la actividad de hidrólisis de ATP, fuente de energía de la célula, se encuentra en las cabezas globulares. La dineína transporta vesículas y orgánulos, por lo que debe interaccionar con sus membranas, y, para interactuar con ellas, requiere de un complejo proteico, de cuyos elementos cabe destacar la dinactina.


Kinesina

Las kinesinas son una familia de proteínas motoras que median el transporte intracelular anterógrado sobre los microtúbulos.
La mayoría de las kinesinas intervienen en el transporte de vesículas, hacia la parte más distal de la célula o la neurita, hacia el extremo (+) de los microtúbulos, sobre los que se desplazan.

Por contra, otra familia de proteínas motoras, las dineínas, emplean los mismos raíles pero dirigen las vesículas a la parte más proximal de la célula, por lo que su transporte es retrógrado.


En esta animación de la Universidad de Harvard "The Inner Life of the Cell" podemos ver, entre muchos otros aspectos, la actividad de las Kinesinas llevando -como Atlas portador del Mundo- las vesículas del aparato de Golgi a su punto de destino, quizas una vacuola digestiva contribuyendo a la la fagocitosis, tal vez la membrana presináptica donde verter su carga de neurotransmisores.

R2, te propongo una nueva estrategia: deja ganar al wookie.



— No te conviene soliviantar a un wookie.
— ¡Pero a nadie le preocupa soliviantar a un androide!
— Eso es porque los androides no le arrancan los brazos a su oponente cuando pierden, y los wookies sí.


— R2, te propongo una nueva estrategia: deja ganar al wookie.

El Dogma, animado

Wenceslao Fernández Flórez
El bosque animado (1943)


Los árboles ejercitan distracciones, tan inocentes como ellos mismos, que no conocen el mal. Especialmente les gusta cantar, y cantan en coro las pocas canciones que han logrado componer. Como todas las plantas, aman intensamente el agua y a ensalzarla dedican sus mejores sinfonías, que son dos y las podéis oír en todos los bosques del mundo: una imita el ruido de la lluvia sobre el ramaje y la otra copia el rumor de un mar lejano. Alguna vez, en la penumbra de una arboleda, os habrá sorprendido el son de un aguacero que, distante al principio, va acercándose hasta pasar sobre vuestra cabeza; miráis al cielo por los intersticios del verdor, y está limpio y azul: ni una gota desciende a humedecer la tierra, pero el sonido continúa y se aleja y vuelve… Si entonces observáis las ramas, veréis hojas estremecidas como la garganta de un cantor. Los árboles han iniciado su orfeón. ¿Cuál de ellos ha comenzado? ¿Es aquella alta copa, visible sobre todas las sumidades, la que marca el compás y dirige el coro con su casi imperceptible balanceo? Los hombres no podemos adivinarlo. Otras veces se hace audible en el bosque el fragor —muy remoto— de un mar embravecido, el rodar de las olas desmelenadas y su choque sonoro contra los arrecifes. Juraríais que el océano abre sus llanuras poco más allá de la floresta, y sin embargo os separan de él muchos kilómetros; pero los pinos rodenos que viven en los acantilados han aprendido su canción y se la enseñaron a los demás árboles. Tan bien la saben que no falta ni el silbido del viento en las cuerdas de los navíos ni el correr del agua por la playa, que evoca el rasgarse de una tela sedosa.

El Dogma de la biologia molecular se refiere a la dirección y el modo en que fluye la información genética, entre el DNA (portador de dicha información) y las proteinas (resultado de la expresión de la misma), significante y significado de esta semántica molecular.
Replicación, transcripción y traduccíón son las etapas básicas de este proceso.



Otros enlaces relacionados:

Animaciones esquemáticas

http://www.stolaf.edu/people/giannini/flashanimat/molgenetics/transcription.swf

http://www.concord.org/~btinker/workbench_web/models/eukTranscription.swf

http://www.concord.org/~btinker/workbench_web/models/DNA_proj_12.swf

http://www.concord.org/~btinker/workbench_web/models/DNAmsgON.swf

http://www.csie.ntu.edu.tw/~cyy/courses/assembly/07fall/assignments/final/reports/BioASM/SupplemtaryResources/EukaryoticGeneticRegulation.swf

http://www.csie.ntu.edu.tw/~cyy/courses/assembly/07fall/assignments/final/reports/BioASM/SupplemtaryResources/ProteinSynthesis.swf

Animaciones Realistas

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>> Replicación

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>> Transcripción y traducción

miércoles, 27 de febrero de 2008

Le Crabe aux pinces d'or (Hergé, 1941)

La cosa va de cangrejos, pero nada tienen que ver con Tintín o el Capitán Haddock, con quienes tan buenos momentos hemos pasado y a los que, desde aquí, rendimos homenaje.

Los cangrejos caminan sobre la isla
Anatoli Dneprov (1958)


- ¡Eh! ¡Vayan con cuidado! - les gritó Cookling a los marineros. Estos estaban con el agua hasta la cintura, y después de haber metido por la borda de la barca un pequeño cajón de madera, intentaban arrastrarlo a lo largo de la borda.
Era el último cajón de los diez que había traído el ingeniero a la isla.
- ¡Vaya calor! Es un infierno - se lamentó Cookling secándose el rollizo y rojo cuello con un pañuelo de colores. Después se quitó la camisa empapada de sudor y la echó sobre la arena -. Desnúdese, Bad, aquí no hay ninguna civilización. Yo miré melancólicamente la ligera goleta, que se mecía lentamente en las olas a unos dos kilómetros de la costa. Debería volver por nosotros al cabo de veinte días. - ¿Para qué demonios nos hemos metido con sus máquinas en este infierno solar? - le dije a Cookling cuando me quitaba la ropa -. Con este sol, mañana se podrá liar tabaco con su piel.

- No importa. El sol nos hace mucha falta. A propósito, mire, ahora es exactamente mediodía y lo tenemos verticalmente sobre la cabeza.
- En el ecuador siempre es así - mascullé sin apartar los ojos de la «Paloma» -, según lo describen todos los libros de geografía.
Se acercaron los marineros y se pararon en silencio ante el ingeniero. Este, pausadamente, metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacó un fajo de billetes.
- ¿Basta? - preguntó alargándoles unos cuantos.
Uno de ellos asintió con la cabeza.
- En este caso, están libres. Pueden regresar a la nave. Recuérdenle al capitán Gale que lo esperamos dentro de veinte días.
- Manos a la obra, Bad - me dijo Cookling -. Estoy muy impaciente por empezar.
Yo lo miré fijamente.
- Hablando claramente, no sé para qué hemos venido aquí. Comprendo que allá en el Almirantazgo usted quizá tuviese ciertos reparos en decírmelo todo. Ahora creo que lo puede hacer.
El rostro de Cookling se contrajo en una mueca y miró al suelo.
- Claro que se puede... Y allá se lo habría dicho, de tener tiempo.
Presentí que mentía, pero no dije nada. Mientras tanto Cookling, de pie, se frotaba el cuello rojo púrpura con la rolliza palma de la mano.
Sabía que cuando él iba a mentir, siempre hacía esto.
Ahora me lo confirmaba.
- Vea usted, Bad, se trata de un divertido experimento para verificar la teoría de ese, cómo se llama... - se interrumpió y clavó sus ojos en los míos con mirada penetrante.
- ¿De quién?
- De sabio inglés... Caramba, se me ha ido de la cabeza su apellido... ¡Ah, lo recuerdo! de Charles Darwin.
Me acerqué a él hasta tocarlo y le puse la mano en el hombro desnudo.
- Oiga, Cookling. Usted seguramente cree que soy un idiota de remate y que no sé quién es Charles Darwin. Déjese de mentiras y dígame claramente para qué hemos desembarcado en esta parcela de arena ardiente en medio del océano. Y le ruego que no me mencione más a Darwin.
Cookling soltó una carcajada, abriendo la boca y mostrando sus dientes postizos. Se separó unos cinco pasos y dijo:
- Y a pesar de todo usted es un estúpido, Bad. Precisamente vamos a comprobar aquí la teoría de Darwin. - ¿Y para ello ha traído aquí diez cajones llenos de hierro? - le pregunté acercándome de nuevo a él. Me quemaba la sangre el odio hacia este gordiflón reluciente de sudor.
- Sí - dijo cesando de sonreír -. Y en lo que se refiere a sus obligaciones, antes que nada tiene que abrir el cajón número uno y sacar la tienda de campaña, el agua, las conservas y los instrumentos necesarios para abrir los demás cajones.
Cookling me habló como lo hizo en el polígono cuando me presentaron a él. Entonces iba de uniforme militar y yo también.
- Está bien - musité entre dientes y me acerqué al cajón número uno.
En dos horas levantamos allí mismo, a la orilla, la tienda de campaña. Introdujimos en ella la pala, la barra, el martillo, varios destornilladores, un punzón y otros instrumentos de herrería. Allí mismo colocamos cerca de un centenar de latas de diferentes conservas y los recipientes con agua dulce.
A pesar de ser jefe, Cookling trabajaba como un buey. En verdad estaba impaciente por empezar. Trabajando no advertimos cómo la «Paloma» levó anclas y desapareció tras el horizonte.
Después de cenar la emprendimos con el cajón número dos. En él había una carretilla común de dos ruedas parecida a las que se usan en los andenes de las estaciones ferroviarias para transportar el equipaje.
Me acerqué al tercer cajón, pero Cookling me detuvo: - Examinemos primeramente el mapa. Tendremos que distribuir y llevar a diferentes sitios el resto de la carga.
Yo lo miré con asombro.
- Es necesario para el experimento - me explicó.
La isla era circular, como un plato vuelto hacia abajo, con una pequeña bahía en el norte, precisamente donde desembarcamos. La bordeaba una playa de arena de unos cincuenta metros de ancho. A continuación de la franja de arena empezaba una meseta de poca altura con un matorral bajo y reseco por el calor.
El diámetro de la isla no pasaba de tres kilómetros.
En el mapa había unas señales con lápiz rojo: unas a lo largo de la playa, otras en el interior.
- Lo que vamos a sacar ahora tenemos que distribuirlo por estos lugares - dijo Cookling.
- ¿Qué es esto? ¿Instrumentos de medición?
- No - dijo el ingeniero y se echó a reír. Tenía la exasperante costumbre de reírse cuando alguien ignoraba lo que él sabía.
El tercer cajón pesaba terriblemente. Supuse que contenía una maciza máquina. Cuando saltaron las primeras tablas, poco me faltó para gritar de asombro. Del mismo se deslizaron y cayeron planchas y barras metálicas de diversas dimensiones y formas. El cajón estaba repleto de piezas metálicas.
- ¡Como si tuviéramos que jugar al rompecabezas de cubos! - exclamé sacando los pesados lingotes: paralelepipédicos, cúbicos, circulares y esféricos.
- ¡Quiá! - contestó Cookling y la emprendió con el siguiente cajón.
El cajón número cuatro y todos los siguientes, hasta el noveno inclusive, estaban llenos de lo mismo: piezas metálicas.
Estas piezas eran de tres clases: grises, rojas y plateadas. Sin dificultad determiné que eran de hierro, cobre y zinc.
Cuando iba a emprenderla con el décimo y último cajón Cookling dijo:
- Este lo abriremos cuando hayamos distribuido las piezas por la isla.
Los tres días siguientes los invertimos en distribuir el metal por la isla. Las piezas las poníamos en pequeños montones. Unos, sobre la arena, otros, por indicación del ingeniero, los enterrábamos. En unos montones había barras metálicas de todas clases, en otros, sólo de una clase.
Cuando terminamos con todo esto, volvimos a la tienda de campaña y nos acercamos al cajón número diez.
- Ábralo, pero con cuidado - ordenó Cookling.
Este cajón era mucho más ligero que los otros y de menor dimensión.
En él había serrín bien apisonado y, en medio, un paquete envuelto en fieltro y en papel encerado. Desenvolvimos el paquete.
Lo que apareció ante nosotros era un aparato de forma rara.
A primera vista parecía un gran juguete metálico para niños, semejante a un cangrejo de mar. Sin embargo esto no era un cangrejo común y corriente. Además de las seis patas articuladas, llevaba delante dos pares más de finos brazos-tentáculos, cuyos extremos estaban escondidos en el entreabierto «hocico» del horroroso animal. En una concavidad del dorso del cangrejo brillaba un pequeño espejo parabólico de metal pulido con un cristal rojo oscuro en el centro. A diferencia de los cangrejos, éste tenía dos pares de ojos, uno delante y otro detrás.
Durante largo rato estuve mirando perplejo este bicho.
- ¿Le gusta? - me preguntó Cookling después de un largo silencio.
Yo me encogí de hombros.
- Parece que en realidad no hemos venido aquí más que a jugar con rompecabezas de cubos y juguetes de niños.
- Esto es un juguete peligroso - pronunció con presunción Cookling -. Ahora lo va a ver. Levántelo y póngalo en la arena.
El cangrejo resultó ligero, de no más de tres kilogramos.
En la arena se mantuvo con bastante estabilidad.
- Bueno, ¿y qué más? - le pregunté irónicamente al ingeniero.
- Esperemos un poco, que se caliente.
Nos sentamos en la arena y nos pusimos a observar el monstruo metálico. Al cabo de unos dos minutos observé que el espejito de la espalda giraba lentamente hacia el sol.
- ¡Oh, parece que se anima! - exclamé y me levanté. Cuando me puse de pie, mi sombra cayó casualmente en el mecanismo y el cangrejo, de súbito, empezó a caminar con sus patas y salió otra vez al sol. De lo inesperado que fue, di un enorme brinco echándome a un lado.
- ¡Vaya con el juguete! - rió a carcajadas Cookling -. ¿Qué, se ha asustado?
Yo me sequé el sudor de la frente.
- Dígame, por favor, Cookling, ¿qué vamos a hacer aquí? ¿Para qué hemos venido?
Cookling también se levantó y acercándoseme dijo ya seriamente:
- A comprobar la teoría de Darwin.
- Pero, si eso es una teoría biológica, teoría de la selección natural, de la evolución, etc... - musité.
- Precisamente. A propósito, mire, nuestro héroe va a beber agua.
Yo estaba anonadado. El juguete se acercó a la orilla y dejando caer una pequeña trampa absorbía agua. Una vez saciado, volvió otra vez al sol y se quedó inmóvil.
Miré esta pequeña máquina y sentí una mezcla de repugnancia y miedo hacia ella. Por un instante me pareció que el torpe cangrejo recordaba en algo al mismo Cookling.
Después de cierta pausa le pregunté al ingeniero: - ¿Esto lo ha inventado usted?
- Ajá - casi mugió asintiendo, y se echó en la arena.
Yo también me eché y, callado, clavé la mirada en el extraño aparato, que parecía inanimado.
Me arrastré de bruces hacia el aparato y empecé a observarlo.
El dorso del cangrejo era la superficie de un semicilindro de bases planas, por delante y por detrás. En cada una de estas había dos agujeros de lejano parecido con los ojos. Esta impresión la acentuaba el brillo de unos cristales que había en el interior del cuerpo. Debajo del cuerpo se veía una plataforma plana: la panza. Un poco más arriba del nivel de la plataforma, y del interior del cuerpo, salían tres pares grandes y dos pares pequeños de tentáculos con pinzas.
El interior del cangrejo no se podía ver.
Mirando este juguete, yo intentaba comprender por qué el Almirantazgo le concedía tanta importancia, hasta el extremo de equipar una nave especial para su traslado a la isla.
Cookling y yo seguimos echados en la arena hasta que el sol hubo bajado tanto en el horizonte que la sombra de los arbustos que crecían a lo lejos llegó a cubrir un poco el cangrejo metálico. En cuanto esto sucedió, éste empezó a moverse ligeramente y de nuevo se puso al sol. Pero la sombra lo alcanzó allí también. Entonces el cangrejo se arrastró a lo largo de la costa, acercándose cada vez más agua, que aún seguía iluminada por el sol. Parecía que el calor de los rayos solares le era Imprescindible.
Nosotros nos levantamos y lentamente fuimos tras la máquina.
Así, poco a poco, fuimos dando la vuelta a la isla hasta que aparecimos en la parte occidental de la misma.
Aquí, junto a la orilla, había uno de los montones de barras metálicas. Cuando el cangrejo se halló a unos diez metros del montón, de súbito, y olvidándose del sol, se lanzó precipitadamente hacia aquél y se quedó inmóvil junto a una de las barras de cobre.
Cookling me dio en el brazo y dijo:
- Ahora vamos a la tienda de campaña. Lo interesante será mañana por la mañana.
En la tienda de campaña cenamos callados y nos envolvimos cada uno en una ligera manta de franela. Me pareció que Cookling estaba satisfecho de que yo no le hiciera preguntas. Antes de dormirme oí que se volvía de un costado a otro, y a veces se reía. El sabía algo que nadie conocía.
Al día siguiente, por la mañana temprano, fui a bañarme. El agua estaba templada y nadé largo rato en el mar, contemplando cómo en el oriente, sobre la llanura de agua apenas alterada por las olas, se encendía la purpúrea aurora. Cuando volví a nuestro refugio y entré en la tienda, el ingeniero militar ya no estaba allí.
«Se habrá marchado a contemplar a su monstruo mecánico», pensé y abrí una lata de piña.
No bien me hube comido tres trocitos, cuando se oyó a lo lejos, débilmente al principio, y después cada vez más potente, la voz del ingeniero:
- ¡Teniente, venga corriendo! ¡De prisa! ¡Ha empezado! ¡Corra aquí!
Salí de la tienda y vi a Cookling que, de pie, entre las matas, agitaba la mano.
- ¡Vamos! - me dijo resollando como una locomotora -. Vamos de prisa.
- ¿Adónde, ingeniero?
- Adonde dejamos ayer a nuestro buen mozo.
El sol ya estaba bastante alto cuando llegamos al montón de las barras metálicas. Estas resplandecían vivamente y al principio no pude percibir nada.
Sólo cuando no faltaban más de dos pasos para llegar junto al montón, percibí hilitos finos de humo azulado que se elevaban, Y después... Me detuve corno paralizado. Me restregué los ojos, pero la visión no desapareció.
Junto al montón de metal había dos cangrejos exactamente iguales al que sacamos el día anterior del cajón.
- ¿Será posible que uno de ellos estuviese enterrado en la chatarra metálica? - exclamé.
Cookling se puso varias veces en cuclillas y se rió frotándose las manos.
- ¡Deje ya de una vez de hacerse el idiota! - le grité -. ¿De dónde ha surgido el segundo cangrejo?
- ¡Ha nacido! ¡Ha nacido esta noche!
Yo me mordí el labio y sin decir palabra me acerqué a los cangrejos de cuyos dorsos se elevaban finos hilos de humo. Al Principio me pareció que tenía alucinaciones: ¡los dos cangrejos trabajaban con celo!
Sí, trabajaban, así como se dice, eligiendo el material con movimientos rápidos de sus finos tentáculos anteriores. Los tentáculos anteriores tocaban las barras metálicas Y, creando en sus superficies un arco voltaico, como en la soldadura eléctrica, fundían trozos de metal. Los cangrejos se metían el metal en sus anchas bocas. En el interior de estos bichos metálicos ronroneaba algo. A veces salía crepitando de las fauces un haz de chispas, después, el segundo par de tentáculos sacaba del interior las piezas elaboradas.
Estas piezas, en determinado orden, se montaban en la pequeña plataforma que iba saliendo poco a poco por debajo del cangrejo.
En la plataforma de uno de los cangrejos ya estaba casi montada la copia acabada del tercer cangrejo, mientras que en la del segundo cangrejo apenas empezaban a perfilarse los contornos del mecanismo. Estaba terriblemente asombrado ante lo que veía.
- ¡Pero si estos bichos construyen otros semejantes a sí mismos! - exclamé.
- Exactamente. El único objetivo de esta máquina es construir otras semejantes - dijo Cookling.
- Pero, ¿es posible eso? - pregunté sin poder comprender ya nada.
- ¿Por qué no? Cualquier máquina, por ejemplo el torno, puede elaborar piezas para otro torno igual que él. Y se me ha ocurrido hacer una máquina-autómata que pueda reconstruirse desde el principio hasta el fin. El modelo de esta máquina es mi cangrejo.
Yo me quedé pensativo, procurando comprender lo que me había dicho el ingeniero. En este momento, las fauces del primer cangrejo se abrieron y de allí se deslizó una cinta metálica ancha. Esta cinta envolvió todo el mecanismo montado en la plataforma, formando de tal manera el dorso del tercer autómata. Cuando el dorso estuvo montado, las rápidas patas anteriores soldaron las paredes anterior y posterior con los orificios y el nuevo cangrejo ya estaba listo. Como en sus hermanos, en una oquedad de la espalda brillaba el espejo metálico con el cristal rojo en el centro.
El cangrejo productor retiró la plataforma bajo la panza y su «hijo» se plantó con sus patas en la arena. Yo noté que el espejo del dorso empezó a girar lentamente en busca del sol. Un poco después, el cangrejo se fue a la orilla y sació su sed. Luego se puso al sol, inmóvil, a calentarse.
Pensé que todo era un sueño.
Estaba yo observando al recién nacido cuando Cookling dijo:
- Ya está listo el cuarto.
Torné la cabeza y vi que «había nacido» el cuarto cangrejo.
Mientras tanto, los dos primeros seguían como si tal cosa en el montón de metal, cortándolo y tragándoselo, repitiendo lo que ya habían hecho antes.
El cuarto cangrejo también fue a beber agua.
- ¿Para qué demonios beben agua? - pregunté.
- Para cargar de electrólitos el acumulador. Mientras alumbra el sol, su energía se transforma en electricidad mediante el espejo del dorso y la batería de silicio. Con esta energía basta para el trabajo del día y para recargar el acumulador. De noche el autómata se alimenta de la energía almacenada en el acumulador durante el día.
- Entonces, ¿estos bichos trabajan día y noche?
- Sí, día y noche, sin descansar.
El tercer cangrejo empezó a agitarse y también se arrastró al montón de metal. Trabajaban ya tres autómatas, mientras el cuarto se cargaba de energía solar.
- Pero si no hay material para las baterías de silicio en estos montones de metal... - le objeté procurando llegar a comprender la tecnología de esta monstruosa autoproducción de mecanismos.
- Ni falta que hace. Aquí hay cuanto se quiera - Cookling lanzó torpemente con el pie un poco de arena -. La arena es un óxido de silicio. En el interior del cangrejo, debido a la acción del arco eléctrico, se consigue obtener silicio puro.
Regresamos por la tarde a la tienda de campaña, cuando en el montón del metal ya estaban trabajando seis autómatas y dos se calentaban al sol.
- ¿Para qué todo esto? - le pregunté a Cookling durante la cena.
- Para la guerra. Estos cangrejos son una horrible arma de sabotaje - me dijo sinceramente.
- No comprendo, ingeniero.
Cookling terminó de masticar el estofado y, sin prisa explicó:
- Figúrese usted qué ocurriría si estos aparatos se dejasen subrepticiamente en territorio enemigo.
- Bueno, ¿y qué? - pregunté dejando de comer.
- ¿Sabe usted lo que es progresión?
- Supongamos que lo sé.
- Nosotros empezamos ayer con un cangrejo, ahora ya hay ocho. Mañana habrá sesenta y cuatro, pasado mañana, quinientos doce, y así sucesivamente. Dentro de diez días habrá más de diez millones. Para ello hacen falta treinta mil toneladas de metal.
Al oír estas cifras quedé mudo de asombro
- Sí, pero...
- Estos cangrejos en un corto espacio de tiempo pueden comerse todo el metal del enemigo, todos sus carros blindados, cañones, aviones, etc. Todas las máquinas, mecanismos, instalaciones. Todo el metal de su territorio. Al cabo de un mes no queda ni un gramo de metal en toda la esfera terrestre. Todo el metal se invierte en la producción de estos cangrejos. Tenga en cuenta que, durante la guerra, el metal es el material estratégico más importante.
- ¡Ahora comprendo por qué el Almirantazgo está tan interesado en su juguete!... - murmuré.
- Exactamente. Pero éste es solamente el primer modelo. Quiero simplificarlo considerablemente y con ello acelerar el proceso de reproducción de autómatas. Acelerarlo, digamos, en dos o tres veces. Hacer una construcción más estable y rígida. Hacerlos más móviles. Elevar la sensibilidad de los localizadores del metal. Entonces, durante la guerra, mis autómatas serán peor que la peste. Quiero que el enemigo pierda todo el potencial metálico en dos o tres días.
- Bien, pero cuando estos autómatas se traguen todo el metal del territorio enemigo, ¡se arrastrarán hacia nuestro propio territorio! - exclamé.
- Esto ya es otra cuestión. El trabajo de los autómatas se puede codificar y, sabiendo la clave, interrumpirlo en cuanto aparezcan en nuestro territorio. A propósito, de esta manera se pueden traer a nuestro territorio todas las reservas de metal del enemigo.
...Esa noche yo tuve unos sueños horribles. Avanzaban arrastrándose hacia mí legiones de cangrejos metálicos, haciendo ruido con sus tentáculos y con finas columnas de humo azul elevándose de sus cuerpos.
Los autómatas del ingeniero Cookling, al cabo de cuatro días, poblaron toda la isla.
De creer en sus cálculos, había más de cuatro mil.
Sus cuerpos relucientes al sol se veían por doquier. Cuando se terminaba el metal de un montón, empezaban a buscar por la isla y encontraban nuevos montones.
Al quinto día, ante la puesta del sol, fui testigo de una horrorosa escena: dos cangrejos riñeron por un trozo de cinc.
Esto fue en la parte sur de la isla, donde habíamos enterrado unas cuantas barras de cinc. Los cangrejos, que trabajaban en distintos lugares, iban periódicamente allí para elaborar la pieza de cinc correspondiente. Y ocurrió que acudieron al hoyo de cinc al mismo tiempo unas dos docenas de cangrejos y empezó un verdadero tumulto. Los mecanismos se arremetían mutuamente. Sobre todos se destacó un cangrejo más ágil que los otros y, según me pareció, más agresivo y fuerte.
Empujando a sus hermanos y arrastrándose por encima de ellos, intentaba coger del fondo del hoyo un trozo de metal. Cuando ya había alcanzado la meta, otro cangrejo se agarró del mismo trozo con sus pinzas. Ambos mecanismos tiraban para su lado. El que, según me pareció, era más ágil, le arrancó por fin el trozo a su adversario; sin embargo éste no se avino a ceder su trofeo y, corriendo detrás del otro, se sentó encima y le metió sus finos tentáculos en la boca.
Los tentáculos del primero y del segundo autómatas se enredaron y con descomunal fuerza empezaron a destrozarse.
Ningún mecanismo de alrededor prestó atención a aquello. Sin embargo, entre estos dos se libró una lucha a muerte. Vi que el cangrejo que estaba encima de repente cayó de espaldas y la plataforma de hierro se deslizó hacia abajo dejando al descubierto las entrañas. En este momento su enemigo empezó a cortarle el cuerpo con el arco eléctrico. Cuando el cuerpo de la víctima se deshizo en partes, el vencedor empezó a arrancarle las palancas, piñones, conductores y a metérselos rápidamente en la boca.
A medida que las piezas conseguidas de esta manera iban a parar al interior del rapiñador, su plataforma empezó a desplazarse rápidamente hacia adelante, realizándose en ella un febril montaje de un nuevo mecanismo.
Unos minutos después se deslizó de la plataforma a la arena el nuevo cangrejo.
Cuando le relaté a Cookling todo lo que había visto. éste se limitó a soltar su risita.
- Esto es precisamente lo que hace falta - dijo.
- ¿Para qué?
- Ya le he dicho que quiero perfeccionar mis autómatas.
- Bueno, ¿y qué? Coja los planos y piense cómo rehacerlos. ¿Para qué esta guerra civil? Así, van a comerse unos a otros.
- ¡Eso es! Y sobrevivirán los más perfectos.
Después de pensarlo objeté:
- ¿Qué quiere decir con los más perfectos? Si todos son iguales. Según tengo entendido, se reproducen a sí mismos.
- ¿Qué piensa usted? ¿Que se puede elaborar una copia absolutamente igual al original? Usted, seguramente debe saber que incluso en la producción de bolas para los cojinetes no se pueden hacer dos bolas exactamente iguales. Sin embargo, allí es más fácil de conseguirlo. Aquí el autómata productor tiene un sistema comparador, el cual compara la copia a hacer con su propia construcción. ¿Usted se figura qué va a resultar si cada copia siguiente se elabora según la copia anterior y no según el original? Al fin y al cabo puede resultar un mecanismo distinto del original.
- Pero si no se parece al original, no cumplirá su función fundamental de reproducirse - le repuse.
- Bueno, ¿y qué? de su cadáver otro autómata hará copias más acertadas. Las copias acertadas serán precisamente aquellas en que, de manera estrictamente casual, se acumulen las particularidades constructivas que las hagan más vitales. Así deben surgir las copias más fuertes, más rápidas y más simples. He aquí por qué no pienso romperme la cabeza con los planos. Sólo me queda esperar a que los autómatas se traguen todo el metal y empiecen la guerra entre ellos, tragándose mutuamente y reproduciéndose. Así surgirán los autómatas que me hacen falta.
Esa noche estuve largo rato sentado en la arena ante la tienda, mirando al mar y fumando. ¿Será posible que Cookling realmente haya acometido una empresa de graves consecuencias para la humanidad? ¿Será posible que en esta pequeña isla perdida en el océano hayamos cultivado una terrible peste capaz de tragarse todo el metal de la esfera terrestre?
Mientras yo estaba sentado pensando en todo este pasaron junto a mí varios bichos metálicos. Caminaban sin cesar de trabajar incansablemente con el chirriar de los mecanismos. Uno de los cangrejos tropezó conmigo, y yo, con repugnancia le di un puntapié. El cangrejo volcó y quedó impotente panza arriba. Casi instantáneamente se lanzaron sobre él otros dos cangrejos, y en la oscuridad relucieron cegadoras chispas eléctricas.
¡Al infeliz lo cortaban en trozos eléctricamente! Para mí aquello era el colmo. Me dirigí rápidamente a la tienda de campaña y saqué una barra del cajón. Cookling ya estaba roncando. Me acerqué cautelosamente al grupo de cangrejos y con todas mis fuerzas le di con la barra a uno de ellos. No sé por qué me había figurado que esto espantaría a los demás pero no ocurrió nada parecido. Sobre el cangrejo que yo había destrozado se lanzaron otros, y de nuevo refulgieron las chispas.
Yo repartí unos cuantos golpes más, pero eso sólo aumentó la cantidad de chispas eléctricas. Del interior de la isla acudieron unos cuantos bichos más.
En la oscuridad sólo veía los contornos de los mecanismos y en este tumulto me pareció que uno de ellos era de dimensiones particularmente grandes.
Lo hice mi blanco. Sin embargo, cuando mi barra tocó su espalda, di un grito y salté a un lado: ¡había recibido una descarga eléctrica a través de la barra! El cuerpo de este bicho no sé de qué manera tenía un potencial eléctrico. «Protección originada por la evolución», cruzó por mi mente.
Con el cuerpo temblando me acerqué al ruidoso grupo de mecanismos para recobrar mi barra. ¡Eso era lo que yo pensaba! En la oscuridad, a la luz irregular de muchos arcos eléctricos, vi como cortaban en partes mi barra. El que con más porfía lo hacía era el autómata más grande, el que yo quería destruir.
Regresé a la tienda de campana y me eché en la cama.
Durante cierto tiempo logré caer en un pesado sueño. Esto, al parecer, no duró mucho. El despertar fue repentino: sentía que por mi cuerpo se arrastraba algo frío y pesado. Me levanté de un salto. El cangrejo (en el primer momento no había caído en ello) desapareció en el interior de la tienda. Al cabo de unos segundos vi una deslumbrante chispa eléctrica. El maldito cangrejo había venido adonde estábamos nosotros en busca de metal. Su electrodo estaba cortando la lata de agua dulce.
Sacudiendo rápidamente a Cookling lo desperté, y le expliqué desconcertadamente el caso.
- ¡Todas las latas al mar! ¡Las provisiones y el agua al mar!- ordenó.
Empezamos a transportar las latas al mar y a colocarlas en el fondo arenoso donde el agua nos llegaba a la cintura. Allá llevamos también todos nuestros instrumentos.
Empapados y sin fuerzas, permanecimos sentados a la orilla, sin dormir hasta el amanecer. Cookling resollaba con dificultad, y yo, para mis adentros, me alegré de que a él le hubiese tocado sufrir las consecuencias de su empresa. En aquel momento yo lo odiaba y le deseaba con ansia un castigo mayor.
No recuerdo cuánto tiempo había pasado desde que llegamos a la isla, sólo sé que un magnífico día Cookling declaró solemnemente:
- Lo más interesante empieza ahora. Todo el metal se ha consumido.
Efectivamente, recorrimos todos los sitios donde antes estaba el material metálico y allí no quedaba nada. A lo largo de la costa y entre los matorrales se veían los hoyos vacíos.
Los cubos, lingotes y barras metálicas se habían convertido en mecanismos que en gran cantidad corrían de un lado a otro de la isla. Sus movimientos ya eran rápidos e impetuosos; los acumuladores estaban cargados a más no poder, y ya no gastaban energía en el trabajo. Estúpidamente corrían buscando por la costa, se arrastraban entre los matorrales de la meseta, chocaban unos con otros y, frecuentemente, con nosotros.
Observándolos me convencí de que Cookling tenía razón. Los cangrejos efectivamente eran diferentes. Se diferenciaban por sus dimensiones, por la magnitud de las pinzas, por el volumen de su boca-taller. Unos eran más ágiles, otros menos. Por lo visto había grandes diferencias en el mecanismo interno.
- Bueno, pues - dijo Cookling - ya es hora de que empiecen a luchar.
- ¿Lo dice en serio? - le pregunté.
- Claro. Para ello es suficiente darles a probar un trozo de cobalto. El mecanismo está construido de tal manera que si se introduce en él aunque sea una cantidad insignificante de este metal, aplasta, si se puede decir así, el respeto mutuo.
A la mañana siguiente Cookling y yo nos dirigimos a nuestro «almacén marino». Del fondo sacamos la correspondiente porción de conservas, agua y cuatro barras grises y pesadas de cobalto, reservadas especialmente por el ingeniero para la etapa decisiva del experimento.
Cuando Cookling salió a la playa, llevando en alto las barras de cobalto, lo rodearon inmediatamente varios cangrejos. Estos no pasaban el límite de la sombra del ingeniero, pero se notaba que la aparición del nuevo metal los había intranquilizado. Yo estaba a unos pasos del ingeniero y observaba con asombro cómo algunos mecanismos intentaban torpemente saltar.
- ¡Vea usted qué variedad de movimientos! Cómo no se parecen unos a otros. Y en esta guerra civil a que los vamos a obligar, van a sobrevivir los más fuertes y aptos. Estos darán una generación más perfecta.
Con estas palabras, Cookling lanzó uno tras otro los trozos de cobalto hacia los arbustos.
Lo que siguió a ello es difícil de describir.
Sobre el metal cayeron al mismo tiempo varios mecanismos y, empujándose mutuamente, empezaron a cortarlos eléctricamente. Otros se agolpaban inútilmente detrás, intentando atrapar un trozo de metal. Varios se encaramaron sobre las espaldas de sus compañeros y se arrastraron intentando llegar al centro.
- ¡Mire, ahí tiene la primera batalla! - exclamó alegremente el ingeniero militar, aplaudiendo.
Al cabo de unos minutos, el lugar adonde había echado Cookling las barras metálicas se convirtió en arena de una horrible batalla, hacia la cual acudían corriendo nuevos y nuevos autómatas.
A medida que las partes cortadas de los mecanismos y el cobalto iban a parar a las tragaderas de nuevas y nuevas máquinas, éstas se iban transformando en salvajes e intrépidas fieras e inmediatamente se arrojaban sobre sus «parientes».
En la primera fase de esta batalla, los atacantes fueron los que habían probado el cobalto. Estos cortaban en partes a los autómatas que acudieron de todas partes con la esperanza de adquirir el metal necesario. Sin embargo, a medida que el cobalto lo probaban más y más cangrejos, la batalla se hacía más feroz. En este momento empezaron a tomar parte en el juego los recién «nacidos», creados en esta reyerta.
¡Era una generación de autómatas asombrosa! Eran de menor tamaño y poseían una velocidad colosal. Me asombró que no necesitasen cargar el acumulador.
Les era suficiente la energía solar captada por los espejos del dorso, mucho mayores que los corrientes. Su acometividad era sorprendente. Atacaban al mismo tiempo a varios cangrejos y cortaban a dos o tres a la vez.
Cookling estaba de pie en el agua y su fisonomía expresaba una satisfacción sin límites. Se frotaba las manos y profería:
- ¡Bien, muy bien! ¡Me figuro lo que viene detrás!
En lo que se refiere a mí, miraba esta lucha de mecanismos con gran repugnancia y horror. ¿Qué va surgir como resultado de esta lucha?
Hacia el mediodía, la zona de la playa junto a nuestra tienda de campaña se había convertido en un enorme campo de batalla. Aquí habían acudido los autómatas de toda la isla. La guerra transcurría en silencio, sin gritos ni gemidos, sin estruendos ni estampidos de cañones. El chisporroteo de los numerosos electrodos, zumbido y chirrido de los cuerpos metálicos de las máquinas acompañaban a esta matanza descomunal.
La mayor parte de la generación que había surgido entonces era de poca estatura y muy ágil, pero ya empezaban a surgir nuevas especies de autómatas. Estos superaban considerablemente a los demás, por sus dimensiones. Sus movimientos eran lentos, pero se percibía una gran fuerza en ellos, y se defendían con éxito de los autómatas enanos.
Cuando el sol empezó a declinar, en los movimientos de los mecanismos pequeños se inició de repente un brusco cambio: todos se agruparon en la parte occidental y empezaron a moverse con más lentitud.
- ¡Caramba, toda esta compañía está sentenciada! - dijo Cookling con voz ronca -. ¡Pero si no tienen acumuladores! En cuanto se ponga el sol, sucumbirán.
Efectivamente, en cuanto la sombra de los arbustos se alargó lo suficiente para cubrir la gran multitud de los pequeños autómatas, se quedaron inmóviles en el acto. Ya no era un ejército de pequeños rapiñadores agresivos, sino un enorme almacén de trastos metálicos.
Sin apresurarse se acercaron a ellos los enormes cangrejos, de más de medio metro de altura, y empezaron a tragárselos uno tras otro. En las plataformas de los gigantes se vislumbraban los contemos de una generación de dimensiones todavía mayores.
Cookling frunció el ceño. Estaba claro que esa evolución no le sentaba bien. Lentos cangrejos autómatas de gran tamaño eran un instrumento muy deficiente para el sabotaje en la retaguardia enemiga.
Mientras los cangrejos gigantes deshacían a la pequeña generación, en la playa se restableció temporalmente la tranquilidad.
Salí del agua y me siguió, callado, el ingeniero. Fuimos a la parte oriental de la isla para descansar un poco.
Yo estaba muy cansado y me dormí casi inmediatamente de echarme cuan largo era en la calentita y blanda arena.
A media noche me despertó un grito escalofriante. Cuando me puse en pie de un salto, no vi nada más que la franja gris de la playa arenosa y el mar que se unía al cielo negro sembrado de estrellas.
El grito se repitió por el lado de los matorrales, pero más débil. Sólo entonces me di cuenta de que Cookling no estaba a mi lado. Eché a correr hacia donde me parecía haber oído su voz.
El mar, como siempre, estaba muy tranquilo, y las pequeñas olas solamente de tarde en tarde, con un chapoteo apenas perceptible, se deslizaban por la arena. Sin embargo me pareció que la superficie del mar en donde habíamos dejado en el fondo las reservas de víveres y los recipientes de agua dulce, se agitaba. Algo se chapuzaba y chapoteaba allí.
Decidí que allí estaba Cookling ocupado en algo.
- Señor ingeniero, ¿qué hace ahí? - grité, acercándome a nuestro almacén submarino.
- ¡Yo estoy aquí! - oí inesperadamente que la voz venía de la derecha.
- ¡Dios mío!, ¿dónde está usted?
- Aquí - oí de nuevo la voz del ingeniero -. Estoy en el agua hasta el cuello, venga aquí.
Me metí en el agua y tropecé con algo duro. Era un enorme cangrejo que se había adentrado bastante en el agua y estaba de pie en sus largas patas.
- ¿Por qué se ha metido tan adentro? ¿Qué hace ahí? - le pregunté.
- Me perseguían y me han obligado a meterme aquí - chilló lastimosamente el gordiflón.
- ¿Lo perseguían? ¿Quiénes?
- Los cangrejos.
- ¡No puede ser! Pero si a mí no me persiguen.
De nuevo tropecé en el agua con un autómata, di un pequeño rodeo evitándolo y por fin me puse junto al ingeniero. Efectivamente estaba con el agua al cuello.
- Dígame qué ha pasado.
- Ni yo mismo lo entiendo - pronunció con voz temblorosa -. Cuando estaba durmiendo, uno de los autómatas, inesperadamente, me atacó. Yo creía que había sido una casualidad, y me aparté, pero de nuevo empezó a acercarse y me tocó la cara con su pinza... Entonces me levanté y aparté a un lado. El detrás... Eché a correr... El cangrejo, detrás. Se le unió otro... después otro... Un pelotón... Y me han acorralado aquí...
- Es raro. Hasta ahora no ha habido nada parecido - dije -. En todo caso, si como resultado de la evolución se les ha elaborado el instinto antihumano, no me perdonarían a mí.
- No sé - gimió Cookling -. Pero temo salir a la orilla...
- Tonterías - le dije cogiéndolo de la mano -. Vamos hacia oriente paralelamente a la costa. Yo lo defenderé.
- ¿Cómo?
- Ahora nos acercamos al almacén y yo cojo cualquier objeto pesado, por ejemplo, un martillo...
- ¡Guárdese de que sea metálico! - gimió el ingeniero -. Es mejor que coja una tabla de un cajón o algo de madera.
Nos deslizamos lentamente a lo largo de la costa. Cuando llegamos al almacén, dejé al ingeniero solo y me acerqué a la orilla.
Se oía un gran chapoteo en el agua y el conocido chirriar de los mecanismos.
Los bichos metálicos habían despachurrado las latas de conserva. Habían alcanzado nuestro almacén submarino.
- ¡Cookling, estamos perdidos! - grité -. Se han tragado todas nuestras latas de conserva.
- ¿Sí? - pronunció lastimosamente -. ¿Qué vamos a hacer ahora?
- Eso corre de su cuenta. Toda la culpa la tiene su necia empresa. Usted ha sacado el tipo de arma de sabotaje que le gusta. Ahora deshaga el entuerto.
Yo di la vuelta rodeando a los autómatas y salí a la playa.
Allí, en la oscuridad, arrastrándome entre los cangrejos, recogí, palpando por la arena, trozos de carne, piñas en conserva, manzanas y algunos otros manjares, y los trasladé a la meseta arenosa. A juzgar por la cantidad que había desparramada por la playa, estos bichos habían trabajado de lo lindo mientras dormíamos. No encontré ni una lata entera.
Mientras estaba ocupado en recoger los restos de nuestras provisiones, Cookling estaba a unos veinte pasos de la orilla, metido en el agua hasta el cuello.
Estaba tan ocupado en recoger los restos, y tan disgustado, que me olvidé de su existencia. Sin embargo, pronto me lo recordó con un agudo grito.
- ¡Dios mío, Bad, ayúdeme, se me acercan!
Me eché al agua y, tropezando con los monstruos metálicos, me dirigí hacia donde estaba Cookling. Y allí, a unos cinco pasos de él, tropecé con un cangrejo.
El cangrejo no me hizo el más mínimo caso.
- ¡Vaya diablos!, ¿por qué lo odian tanto a usted? ¡Si usted, como quien dice, es su progenitor!
- No sé - con estertores y medio ahogándose, gimió el ingeniero -. Haga algo, Bad, para ahuyentarlos. Si sale un cangrejo más alto que éste, estoy perdido...
- Vaya, hombre, con la evolución. A propósito, ¿qué lugar de estos cangrejos es el más vulnerable? ¿Cómo se les puede estropear el mecanismo?
- Antes había que romperles el espejo parabólico o sacarles el acumulador del interior. Ahora no sé... Aquí hace falta una investigación especial...
- ¡Maldito sea usted con sus investigaciones! - dije entre dientes y agarré el delgado brazo anterior del cangrejo extendido hacia la cara del ingeniero.
El autómata reculó. Le cogí el segundo brazo y también se lo doblé. Estos tentáculos se doblaron fácilmente, como un hilo de cobre.
Claramente se notó que al bicho metálico no le gustó esta operación y empezó lentamente a salir del agua. El ingeniero y yo nos fuimos a lo largo de la costa.
Cuando salió el sol, todos los autómatas salieron del agua y durante cierto tiempo se calentaron. Durante este tiempo pude romper a pedradas los espejos parabólicos del dorso de lo menos cincuenta monstruos. Todos dejaron de moverse.
Pero, por desgracia, esto no mejoró la situación: fueron víctimas de los otros con asombrosa velocidad, y empezaron a salir nuevos autómatas. Romper las baterías de silicio del dorso de todas las máquinas era superior a mis fuerzas. Varias veces tropecé con autómatas bajo potencial eléctrico, lo cual debilitó mi decisión de luchar contra ellos.
Todo este tiempo Cookling seguía en el mar.
Muy pronto se enardeció de nuevo la lucha entre los monstruos y parecía que se habían olvidado por completo del ingeniero.
Dejamos el campo de batalla y nos trasladamos al lado opuesto de la isla. El ingeniero estaba tan aterido de frío de las largas horas de baño de mar que, dando diente con diente, se echó de bruces y me pidió que le cubriese de arena caliente.
Después regresé a nuestro primitivo refugio para coger la ropa y lo que quedaba de nuestros víveres. Sólo entonces observé que la tienda de campaña estaba destrozada: habían desaparecido las estacas de hierro clavadas en la arena y los anillos metálicos con que se fijaba la tienda a las cuerdas.
Debajo de la lona encontré la ropa de Cookling y la mía. Allí también se podían observar huellas del trabajo de los cangrejos buscando metal. Habían desaparecido los ganchos, botones y hebillas de metal. En su lugar se veían huellas de tela quemada.
Mientras tanto, la batalla de los autómatas se había trasladado de la orilla al interior de la isla. Cuando subí a la meseta, vi que casi en el centro de la isla, entre los arbustos, se elevaban unos cuantos monstruos, casi de la altura de un hombre: patas con pinzas. Por parejas se separaban a diferentes lados y después se embestían a gran velocidad.
Al chocar, se oían sonoros golpes metálicos. En los lentos movimientos de estos gigantes se sentía una enorme fuerza y gran peso.
Ante mis ojos se derribaron varios mecanismos, algunos de ellos fueron destrozados inmediatamente.
Pero ya estaba hasta la coronilla de estos cuadros de batalla entre las locas máquinas; por ello, cargando con todo lo que había conseguido recoger de nuestro antiguo refugio, me marché lentamente adonde estaba Cookling.
El sol quemaba sin compasión y antes de llegar al lugar donde había enterrado en la arena al ingeniero, me metí varias veces en el agua.
Ya me acercaba al montículo de arena bajo el cual estaba Cookling durmiendo sin fuerzas, después de los baños nocturnos, cuando del lado de la meseta apareció de entre los arbustos un enorme cangrejo.
Era de mayor estatura que yo, y sus patas eran altas y macizas. Se desplazaba a saltos irregulares, encorvando de manera extraña su cuerpo. Los tentáculos anteriores, de trabajo, eran enormemente largos y se arrastraban por la arena. La boca-taller estaba hipertrofiada de manera excepcional, la cual representaba casi la mitad del cuerpo.
El «ictosauro», así lo bauticé, descendía torpemente hacia la orilla y volvía el cuerpo hacia todos lados, como si reconociese el terreno. Maquinalmente agité en su dirección la lona de la tienda, como se hace cuando se quiere espantar a un animal que se haya interpuesto en el camino. No me hizo ni el menor caso, y de manera extraña, desplazándose de lado y describiendo un gran arco, empezó a acercarse al montículo de arena donde dormía Cookling.
Si yo hubiese supuesto que el monstruo se dirigía contra el ingeniero, habría acudido enseguida en su ayuda. Pero la trayectoria que seguía el mecanismo era tan indeterminada que al principio creía que se dirigía hacia el mar: y solamente cuando tocó el agua con los tentáculos y de repente se volvió y se fue rápidamente hacia el ingeniero, tiré la carga a un lado y corrí hacia allí.
El «ictiosauro» se paró junto a Cookling y se agachó un poco.
Observé que los extremos de los largos tentáculos se movieron en la arena frente a la cara del ingeniero.
A renglón seguido, donde había habido un montículo se elevó una nube de arena. Era Cookling que, como picado por una avispa, se había puesto en pie de un salto y lleno de pánico intentaba huir del monstruo.
Pero era ya tarde...
Los finos tentáculos rodearon fuertemente el gordo cuello del ingeniero y tirando hacia arriba se lo llevaron a la boca del mecanismo. Cookling quedó impotente en el aire, agitando los brazos y las piernas.
Aunque yo odiaba al ingeniero con toda mi alma, no podía permitir que muriese en lucha con un bicho metálico cualquiera.
Sin pensarlo un segundo me cogí a las altas patas del cangrejo y tiré de ellas con todas mis fuerzas: pero esto era lo mismo que derribar un tubo de acero profundamente clavado en el suelo. El «ictiosauro» ni se movió.
Me subí a pulso a su espalda. Por un momento mi cara estuvo a la altura de la desfigurada faz de Cookling. «los dientes», me cruzó por la mente ¡Cookling tenía dientes de acero!...
Con todas las fuerzas de mi puño le di al espejo parabólico que brillaba al sol.
El cangrejo giró sobre el mismo lugar. La cara azulada de Cookling con los ojos saltándosela de las órbitas estaba a la altura de la boca-taller. En ese momento ocurrió algo horroroso. Una chispa eléctrica saltó a la frente del ingeniero, a su sien. Después los tentáculos del cangrejo aflojaron y el pesado cuerpo del creador de la peste de hierro cayó a la arena sin sentido.
Cuando enterraba a Cookling, por la isla corrían, persiguiéndose, varios cangrejos enormes, sin prestamos la menor atención.
Envolví a Cookling en la lona de la tienda y lo enterré en el centro de la isla en un profundo hoyo. Lo enterré sin sentir la menor compasión. En mi boca reseca crujía la arena y mentalmente maldecía al muerto por su ruin empresa. Según la moral cristiana, yo cometía un gran pecado.
Después, me pasé varios días seguidos acostado en la playa, mirando al horizonte hacia el lado de donde debía aparecer la «Paloma». El tiempo transcurría terriblemente despacio y el implacable sol parecía que se había parado encima de mi cabeza. A veces me arrastraba hasta el agua y sumergía en ella mi tostada cara.
Para olvidar el hambre y la ardiente sed, procuraba pensar en algo abstracto. Pensaba en que en nuestros tiempos, multitud de personas inteligentes malgastaban sus energías intelectuales en causar perjuicios a otras personas. Por ejemplo, el invento de Cookling, yo estaba seguro de que se podía utilizar para fines nobles, por ejemplo, para extraer metal. Se podía haber dirigido la evolución de estos bichos de tal manera que cumplieran esta tarea con el mayor rendimiento. Llegué a la conclusión de que con el correspondiente perfeccionamiento del mecanismo, éste no se transformaría en una torpe y gigantesca mole.
Una vez cayó sobre mí una enorme sombra circular. Con dificultad levanté la cabeza y miré lo que me tapaba el sol. Resultó que estaba acostado entre las patas de un cangrejo de dimensiones monstruosas. Se acercó a la orilla y parecía que miraba el horizonte y esperaba algo.
Después empecé a ver alucinaciones. En mi excitado cerebro, el cangrejo gigante se transformó en un depósito de agua dulce, elevado a gran altura, al cual yo no podía llegar...
Me desperté a bordo de la goleta, y cuando el capitán Gale, me preguntó si había que cargar en el buque el enorme y extraño mecanismo que había en la playa, yo le dije que por el momento ninguna falta hacía.

Comentario Final

En la naturaleza resulta relativamente fácil distinguir entre un ser vivo y otro que no lo es. Si consideramos a la vida como el producto de la actividad metabólica de los seres orgánicos, puede definirse a un ser vivo como a aquél capaz de sostener un metabolismo propio y reproducirse, algo que deja fuera del concepto (o cuanto menos en la frontera del mismo) a entidades tales como los virus o los priones, moléculas sumamente complejas capaces de emular algunas de las características de los seres vivos como es la reproducción, pero carentes no obstante de metabolismo propio.
Sin embargo, la cuestión se complica enormemente cuando se aborda la hipótesis de la vida artificial, dada la inexistencia, hoy por hoy de la misma. Así pues, tendremos que considerar como tal la alentada por seres que carecen de algunas de las características anteriormente mencionadas, entre ellas la de la naturaleza orgánica y, concretamente, aquélla basada en el
carbono, en realidad la única que conocemos. Si bien es científicamente improbable que podamos encontrar seres de tal naturaleza, la ciencia ficción ha considerado esta posibilidad. El caso más sencillo de todos los posibles es considerar una vida artificial de naturaleza inorgánica. Así el escritor ruso Anatoli Dneprov describe, en su interesante relato LOS CANGREJOS CAMINAN SOBRE LA ISLA, la creación de unos robots dotados de metabolismo propio, siendo capaces de obtener sus propios alimentos (todos ellos materiales metálicos, evidentemente), de crecer y de reproducirse autoduplicándose, llegándose incluso al canibalismo entre ellos.

Evidentemente estos pequeños robots con forma de cangrejos habrían de ser considerados vivos con todas sus consecuencias.

martes, 26 de febrero de 2008

Where are the flowers gone

FLOWERS FOR ALGERNON


1966 . Autor: DANIEL KEYES.



enforme de progresos 1-marzo 5 1965
El doctor Strauss dise que devo escrivir lo que pienso y todas las cosas que me pasan a mi desde aora. No se porque pero el dise ques mui importante para que pueden ber si ellos pueden usarme a mi, Yo espero que ellos me usen a mi, Miss Kinnian dise que ellos quizás pueden acerme listo, Yo quero ser listo, Me yamo Charlie Gordon. Tengo 37 años y ace dos semanas que fue mi cumpelaños. No tengo nada mas para escrivir y temino por oy.
enforme de progresos 2-marzo 6
Oy he tenido una pueba. Yo creo que e fayado y yo creo que ellos no me usaran a mi. Lo que a pasado es que un goven guapo estava en el cuarto y el tenia unas cartas blancas con manchas de tinta que estavan llenas de manchas de tinta El goven le a dicho a Charlie que bes tu en esta carta Yo estava muy sustado aunque tenia mi pata de conego en el volsillo porque cuando yo era pequeño siempre fayaba las puebas en la escuela y yo tenía manchas de tinta,
Le e dicho que beia un vorron de tinta, El a dicho si y yo me siento megor. Yo creo que eso es todo pero cuando yo me lebanto para irme el goben me para a mi. El dise aora Charlie se sienta no emos terminado ahun. Luego yo no recuerdo mui bien pero el quería que yo diga lo que ay en la tinta, Yo no beo nada en la tinta pero el dise que ayi ay cosas alli otras personas ben cosas. Yo no puede ber ninguna cosa, Yo de berdad trato de ber. Yo pongo el carton cerca de mi y luego lo pongo legos de mi. Luego yo digo que si yo tengo mis gafas para ber el cine o la TV pero yo digo que estan en el armario del recividor. Yo boy a vuscarlas. Luego yo digo que me dan el carton otra bez y boy a buscarlo megor.
Miro mucho pero no puedo encontrar las cosas yo solo beo la tinta. Yo le digo a el que quisaz necesito gafas nuebas El escrive algo en un papel y yo estoy sustado de fayar la pueba. Yo le digo que es un vorron de tinta muy vonito con pequeños puntos alrededor de los vordes. El me mira muy triste de modo que no era eso. Yo digo por fabor me dega provar otra bez. Yo necesito mucho tiempo porque a bezes soy lento, Yo leo despacio también en la clase de Miss Kinnian para adultos lentos pero yo trato de ber.
El me da otra oportunidad con otro carton que tiene 2 clases de verrones de tinta roja y asul.
El era muy amable y ablaba despasio como Miss Kinnian y me esplica a mi que era un raw shok. El dise que la jente be cosas en la tinta, Yo le digo que me enseñe donde El me dise que yo tengo que pensar, Yo le digo que yo pienso en un vorron de tinta pero que no ay nada escrito. El dise que me ace recordar a mi el vorrom Yo sierro los ojos mucho tiempo para pensarlo, Yo le digo que yo pienso en una pluma astilgrafica con tinta que ba caiendo sobre un mantel, Luego el se lebanta y se marcha,
Yo creo que no e pasado la pueba del raw shok.
enforme de progresos 3 - 7 marso
El Dr. Strauss y el Dr. Nemur disen que no importan le verrones de tinta. Yo les digo que yo no tire la tinta en los cartones y que yo no puede ber nada en la tinta. Eyos disen que tal bez ahun pueden usarme a mi, Yo digo que Miss Kinnian nunca me a dado pruebas como esta solo escrivir y leer, Eyos dicen que Miss Kinnian dise que yo soy su megor alumno en la clase de adultos porque yo ago todas las cosas y quero aprender. Eyos disen como hirias tu a la escuela solo Charlie. Como la encontrarias. Yo digo que yo preguntaria a la jente y algien me dise donde tengo que hir para aprender a escrivir y leer bien. Eyos disen porque quieres ir. Yo digo a eyos poruqe toda la bida e deseado ser listo y no tonto, Pero es mui difisil ser listo, Eyos disen tu sabes que pobablemente es temporal. Yo digo que si. Miss Kinnian me lo ha dicho. No me importa si duele.
Mas tarde yo e tenido mas puebas locas. La muger simpática que me las a dado me dijo el nombre y yo le pregunto a ella como se escrive para ponerlo en mi enforme de progresos. TEST TEMATICO DE APERCEPCION. Las dos ultimas palabras son muy raras y yo no se lo que quere desir, pero se que test quere desir pueba. Tienes que pasarlo o te ponen malas notas. Esta pueba paresia fasil porque yo podia ber los cuadros. Pero esta bez eya no quiere que yo diga lo que ay en los cuadros. Esto me estraña mucho, Yo digo que el ombre dijo ayer que yo devia desirle lo que beo en la tinta eya dise que no importa. Eya dise que yo tengo que inbentar istorias sobre la jente que ay en los cuadros.
Yo le digo a eya como puedo contar istorias de una jente que yo no conosco. Yo le digo porque tengo que inbentar mentiras. Yo nunca digo mas mentiras porque siempre me an cojido.
Eya me dise a mi que esta pueba y la del raw-shok eran para saber la parsonalidad. Yo no beo claro como pueden saber esta cosa con vorrones de tinta y fotos. Eya se enfada mucho y se marcha con sus cuadros. No me importa. Era tonta. Creo que e fayado tamvien esta pueba.
Mas tarde unos ombres con batas blancas me yeban a otra parte del ospital y me dan un juego para jugar. Es como una carrera con un raton blanco, Eyos yaman al raton Algernon. Algernon estava en una caja con un montón de bueltas y rebueltas con toda clase de paredes y eyos me dan a mi un lapis y un papel con lineas y montones de cajas. A un lado dise PRINCIPIO y al otro lado dise FINAL. Eyos disen que es un laberinto y que Algernon y yo tenemos que aser el mismo laberinto, Yo no beo como podemos tener el mismo laberinto si Algernon tiene una caja y yo tengo el papel pero yo no digo nada. De todos modos no ay tiempo porque la carrera a empesado
uno de los ombres tiene un reloj y quere esconderlo para que yo no lo bea .y yo trato de no berlo y esto me ase poner nerbioso.
De todos modos esta pueba es peor que todas las otras porque eyos hacen mas de 10 bezes con laberintos diferentes y Algernos gana cada bez. Yo no sabia que los ratones son tan listos. Tal bez los ratones blancos son mas listos que los otros ratones.
enforme de progreso 4-8 marso
¡Eyos van a usarme a mi! Estoy tan esitado que no puedo escribir. El Dr. Nemur y el Dr. Strauss an tenido una discusión primero. El Dr. Nemur estava en la ofisina cuando el Dr. Strauss me yeba ayi. El Dr. Nemur estava preocupado por usarme a mi pero el Dr. Strauss le a dicho a el que Miss Kinnian me recomendava a mi como el megor de toda la jente que eya esta enseñando, Yo quero a Miss Kinnian porque eya es una maestra muy lista. Y eya dise Charlie tu bas a tener una segunda portunidad. Si tu eres boluntario para el esperimento tu secas muy listo, Eyos no saben si sera permanente pero ay una posivlidad. Por eso yo digo que muy bien aunque yo estoy sustado porque eya dise que es una operasion. Eya dise no te sustes Charlie tu as aprendido tanto en tan poco tiempo que yo creo tu mereses esto mas que todos.
De modo que yo estava sustado cuando el Dr. Nemur y el Dr. Strauss discuten de esto, El Dr. Strauss dise que yo tengo algo que es muy bueno, El dise que yo tengo un buen motorvacion. Yo nunca e sabido que tengo esto. Estava orguyoso cuando el dise que no todos los cuerpos con un i-q[i][i] de 68 tienen aqueya cosa. Yo no se lo que es ni donde lo tengo pero el dise que Algernon tamvien lo tiene. El motorvacion de Algernon es el queso que eyos ponen en su caja. Pero no puede ser esto, porque esta semana no e comido queso,
Luego el dise al Dr. Nemur algo que yo no comprendo de modo que cuando eyos estan ablando yo escrivo algunas de las palabras.
El dise Dr. Nemur yo se que Charlie no es lo que usted abia pensado como el primero de su nueba creasion de superombre intelec (no e cojido toda la palabra). Pero la maioria de personas de su vaja ment son host y no colab- ellas son muy apart- y difisiles de encontrar. El tiene una buena naturlesa el es confiado y tiene ganas de complacer.
El Dr. Nemur dise recuerde que el sera el primer ser umano que ba a tener su inteli jensia trispiclada por medios de sirujia.
El Dr. Strauss dise esactamente. Mire como a aprendido a leer y esccivir muy bien para su edad mental es una asaigual que usted y yo aprendiendo la toria de la vidad de instin sin ahiuda. Esto demuestra la intensa motor-vacion. Es comparat una tremen asa Yo digo que nosotros usamos a Charlie.
Yo no e cojido todas las palabras que ablaban tan deprisa pero a mi me parese que el Dr. Strauss estava a fabor mio y el otro no estava a fabor mio.
Luego el Dr. Nemur dise que si de acuerdo tal bez usted tiene rason. Nosotros usaremos a Charlie. Cuando el dise esto yo estoy tan contento que salto y hoy a coger su mano por ser tan bueno para mi. Yo le digo a el gracias doc uste no se repentira de darme a mi una segunda portunidad. Y yo creo que esto le gusta a el. Despues de la operasion yo hoy a tratar de ser listo, Boy a aser todo lo posivle.
enforme de progresos 5 -10 marso
Estoy sustado. Mucha jente que travaja aqui y las enfermeras y los que me asen las puebas bienen a darme caramelos y a desear suerte a Charlie. Yo espero tener suerte. Yo tengo mi pata de conego y mi penique de la suerte y mi erradura. Pero cuando iva al ospital paso un gato negro. El Dr. Strauss dise no seas supersitoso Charlie esto es siensia. De todos modos yo tengo mi pata de conego.
Yo le pregunto al Dr. Strauss si ganare la carrera a Algernon despues de mi operasion. El dise que tal bez. Si la operasion sale bien, yo le enseñaré al ratón que yo puedo ser tan listo como el. Tal bez mas listo. Luego .yo puedo leer y escribir las palabras bien y saber muchas cosas y ser como la otra jente. Yo quero ser listo como la otra jente. Si sale bien y es perminente eyos aran a todo el mundo listo en todo el mundo,
Eyos no me an dado nada para comer esta mañana. Yo no se porque no ay que comer para ser listo. Tengo mucha ambre y el Dr. Nemur se a yebado mi caja de caramelos. El Dr. Nemur es un cascarabias. El Dr. Strauss dise que yo podre tenerla despues de la operasión. Antes de una operasión no se puede comer...
Informe de progresos -15 marso
La operasion no a dolido. Eyos la an echo cuando yo estava dormido, Oy an sacado los vendajes de mis ojos y de mi cabeza de modo que puedo acer un INFORME DE PROGRESOS. El Dr. Nemur a mirado algunos de los otros y dise que yo escrivo PROGRESOS mal escrito, Y el ma a dicho como se escrive y tamvien INFORME. Tengo que recordarlo.
Tengo muy mala memoria para escrivir. El Dr. Strauss dise que esta muy bien de todas las cosas que me pasan a mi pero el dise que tengo que desir mas de lo que yo siento y de lo que dise que tengo que desir mas de lo que yo siento y de lo que yo pienso. Cuando yo le e dicho a el que no se como tengo que pensar el dise que yo tengo que intentarlo, Todo el tiempo que yo tenia los vendajes en los ojos yo tratava de pensar. No pasava nada. No se en que pensar. Tal bez si yo le pregunto a el me dise como puedo pensar aora que boy a ser listo, En que piensa la jente lista. Supongo que en cosas bonitas. Yo quiero saber ya cosas bonitas.
Informe de progresos-19 marso
No pasa nada. Tengo montones de puebas y disferentes clases de carreras con Algernon. Yo le tengo rabia al raton. El siempre me gana. El Dr. Strauss dise que yo tengo que jugar con estos juegos. Y el dise que alguna bez yo boy a hacer las pruebas otra bez. Aqueyos vorrones de tinta son estupidos. Y aqueyos cuadros tamvien son estupidos. Me gusta divujar un cuadro de un ombre y una muger pero no quero decir mentiras de la jente.
Me duele la cabeza de tratar de pensar tanto, Yo pensava que el Dr. Strauss era mi amigo pero el no me ahiuda. El no me dise lo que tengo que pensar ni cuando boy a ser listo, Miss Kinnian no a benido a berme. Yo creo que escrivir estos informes de progresos tamvien es estupido.
Informe de progresos 8-23 marso
Boy a bolver a travajar a la frabica. Eyos disen que es mejor que yo buelva a trabajar pero que yo no puede desir a nadie para que me an echo la operasion y que yo tengo que hir al ospital una ora todas las noches despues de travajar. Eyos me daran a mi dinero cada mes para aprender a ser listo. A mi me gusta ir a travajar porque hecho de menos mi travajo y todos mis amigos y todo lo dibertido que era allí. El Dr. Strauss dise que yo tengo que escrivir cosas pero que yo no tengo que escrivir todos los dias solo cuando yo tengo que escribir algo que e pensado o algo espesial que me pasa. El dise que yo no tengo que estar disenimado porque todo esto ba muy despasio. El dise que a pasado mucho tiempo antes de que Algernon aya sido 3 bezes mas listo que antes. Por esto Algernon me gana siempre a mi porque a el tamvien le an echo la operasion. Esto me gusta mucho a mi. Yo puede aser aquel laberinto mas deprisa que un raton de los otros. Tal bez algun dia yo ganare a Algernon.
Marso 25.
(Yo no tengo que escrivir INFORME DE PROGRESOS ensima solo una bez a la semana cuando lo yevo al Dr. Nemur para leer. Solo pongo la fecha. Esto aorra tiempo).
Oy a sido muy dibertido en la frabica. Joe Carp dise mira donde Charlie tiene su operasion que an echo ellos a Charlie le an puesto sesos dentro. Yo iva a contarlo a el pero yo me acuerdo de que el Dr. Strauss dise que no. Luego Frank Reilly dise que as echo Charlie olbidar tu yave y abrir tu puerta al rebes. Esto me hase reir a mi. Eyos son mis amigos y a mi me gustan.
A bezes algien dise mira a Joe o Frank o George lo bien que se yeva con Charlie Gordon. Yo no se porque disen esto pero eyos siempre rien. Esta mañana Amos Borg que es el ombre 4 en Donnegans usava mi nombre para gritar a Ernie el chico de la ofisina. Ernie a perdido un paquete. El dise Ernie es que te estas bolviendo un Charlie Gordon. Yo no comprendo porque el dise esto, Yo nunca pierdo paquetes.
Marso 28.
El Dr. Strauss a venido esta noche a mi habitación para ber porque no e ido alli como tenia que ir. Yo le e dicho que no quiero aser mas carreras con Algernon. El dise que yo no tengo que asertas durante una temporada pero que yo tengo que hir allí. El tenia un regalo para mi pero no era un regalo sino para prestarmelo. Yo pensava que era una telebision pequeña pero no lo era. El dise que tengo que encenderlo cuando yo me boy a dormir. Yo digo usted esta de broma porque tengo que encenderlo cuando yo me boy a dormir. Quien a oido nunca una cosa así. Pero el dise que si quiero ser listo tengo que aser lo que el me dise. Yo le e dicho a el que yo no creo que boy a ser listo y el pone su mano en mi ombro y dise Charlie tu no lo sabes pero tu eres cada bez mas listo, Tu no te das cuenta por un tiempo, Yo creo que el queria ser amable conmigo para consolarme porque yo no soy mas listo.
Oh si casi me olbidaba, Yo le pregunto a el cuando boy a hir a la clase en la escuela de Miss Kinnian. El dise que yo no boy a ir. El dise que Miss Kinian hira pronto al ospital para enseñarme a mi espesialmente. Yo estaba enfadado con eya porque no a benido a berme cuando me an echo la operasion pero a mi me gusta eya de modo que tal bez nosotros seremos amigos otra bez.
Marso 29.
Esta TV loca me a tenido despierto toda la noche. Como puede dormir con alguien gritando tonterias en mis oregas toda la noche. No se lo que dise cuando yo estoy despierto de modo que como puede saberlo cuando estoy dormido.
El Dr. Strauss dise que esta muy bien. Dise que mi serebro esta aprendiendo cuando yo estoy dormido y que esto me ahiuda cuando Miss Kinnian empiesa sus lecciones para mi en el ospital (pero yo beo que no es un ospital es un laboratorio). Yo creo que todo esto es estupido. Si se puede aser bolver listo cuando se esta dormido porque la jente ba a la escuela. Esto cosa yo no creo que ba bien. Yo miro aqueya TV todo el tiempo y nunca soy mas listo. Tal bez tengo que mirarla mientras estoy dormido,
INFORME DE PROGRESOS 9 - 3 abril
El Dr. Strauss me a enseñado a poner la TV muy bajita de modo que ahora puedo dormir. Yo no e oido nada. Y todabia no comprendo lo que dise. A bezes lo e puesto por la mañana para saber lo que abia aprendido por la noche mientras estava dormido pero no me e enterado de nada. Miss Kinnian dise Tal bez es otro language o algo así. Pero casi siempre parece americano, Abla tan deprisa mas deprisa que Miss Gold que era mi maestra en el grado 6 y yo recuerdo que eya hablaba tan deprisa que yo no podia entenderla a eya.
Le e dicho al Dr. Strauss que bien es que yo me aga listo en mi sueño, Yo quiero ser listo cuando estoy despierto, El dise que es la misma cosa y que yo tengo dos pensamientos. Ay el subconsciente y el consciente (e mirado como se escrive). Y uno no le dise al otro lo que esta asiendo. Ni siquiera se ablan el uno al otro, Por esto yo sueño,
Me e olbidado de preguntarle si solo yo tengo dos pensamientos o los tiene todo el mundo,
Acabo de mirar la palabra en el diccionario que me a dado el Dr. Strauss. La palabra es subconsciente. adj. De la naturaleza de las operaciones mentales todavía no presentes en la conciencia; también, subconsciente conflicto de deseos. Ay mas cosas, pero yo no se lo que quiere desir. Este diccionario no es muy bueno para personas tontas como yo,
De todos modos, el dolor de cabeza es desde el conbite. Mis amigos de la frabica Joe Carp y Frank Reílly me inbitaron a hir con eyos al Muggsys Saloon para bever unas copas. A mi no me gusta bever pero eyos disen que nosotros nos dibertiremos mucho, Lo e pasado muy bien.
Joe Carp dise que yo tengo que enseñarles a las chicas como friego el retrete de la frabica y el me da una baieta. Yo se lo e enseñado y todo el mundo se a reido mucho cuando yo digo que Mr. Donnegan dise que yo soy el megor limpiador que a tenido porque a mi me gusta mi travajo y lo ago bien y nunca llego tarde y nunca falto un solo dia esepto para mi operasion.
Yo digo que Miss Kinnian siempre dise Charlie puedes estar orguyoso de tu travajo porque tu lo ases muy bien. Todo el mundo se a reido y nosotros lo emos pasado muy bien y eyos me han dado muchas copas y Joe dise Charlie es un buen elemento cuando esta trompa. Yo no se que quiere desir esto pero todo el mundo estava contento de mi y nos emos dibertido mucho, Yo no puedo esperar ser listo como mis megores amigos Joe Carp y Frank Reílly.
Yo no recuerdo como termino el conbite pero yo creo que fui a comprar un periodico y cafe para Joe Y Frank y cuando bolvi ya no estaban alli. Espere que eyos bolvieran asta muy tarde. Luego no recuerdo tan bien pero creo que me e puesto enfermo o dormido. Un guardia le yevo a casa. Esto es lo que dise mi patrona Mrs. Flynn.
Pero yo tengo dolor de cabesa y un chichon en mi cabesa y todo morado, Yo creo que tal vez me cai pero Joe Carp dise que fue el guardia que ellos pegan a bezes a los vorrachos. Yo no lo creo, Miss Kinnian dise que los guardias son para ahiudar a la jente. De todos modos tengo mucho dolor de cabesa y estoy enfermo y todo me duele. Creo que no boy a beber nunca mas.
Abril 6.
E ganado a Algernon. Yo no sabia que abia ganado ha Algernon asta que Burt el que acia la prueba me lo a dicho. Luego la segunda bez yo e perdido porque estava muy esitado. Pero despues e ganado yo 8 bezes mas. Tengo que ser mas listo aora para ganar a un raton tan listo como Algernon. Pero yo no me siento mas listo,
Yo queria aser mas carreras con Algernon pero Burt dise que ay bastante para un dia. Eyos me han dejado coger el raton un minuto, El no es tan malo. Es blando como una bola de halgodon. El sierra los ojos y cuando habre los ojos son negros y de color de rosa en los vordes.
Yo e dicho que puedo darle comida porque a mi me sabe mal aberle ganado y yo queria ser amable y que somos amigos. Burt dice no Algernon es un raton muy espesial con una operasion como la mia y el era el primer animal que era listo tanto tiempo, El dise que Algernon es tan listo que cada dia tiene que resolber un test para tener su comida. Es una cosa como una serradura en una puerta que camvia cada bez que Algernon ba a comer de modo que tiene que aprender algo nuebo para tener su comida. Esto me pone triste porque si el no pudiera aprender tendria mucha ambre.
Yo no creo que esta bien aser pasar un test para comer. Le gustaria al Dr. Nemur tener que pasar un test cada bez que quiere comer. Creo que Algernon y yo seremos muy amigos.
Abril 9.
Esta noche despues de travajar Miss Kinnian estava en el laboratorio, Eya parecia como si estaba contenta de berme pero asustada. Yo le e dicho a ella Miss Kinnian no se preocupe todabia no soy listo y eya se rie mucho. Eya dise yo tengo confianza en ti Charlie porque as travajado más que todos los otros para aprender a leer y escrivir megor que todos los demás. En el peor caso tu abras tenido esto una temporada y estas aciendo algo por la siencia.
Nosotros estamos leyendo un libro muy difisil. Nunca abia leido un libro tan difisil. Se yama Robinson Crusoe y es de un ombre que esta solo en una Isla desierta. El es muy listo y ase muchas cosas para tener una casa y comida y el es un buen nadador. Pero a mi me da pena porque esta solo y no tiene amigos. Pero yo creo que en la isla tiene que aber algien mas porque ay un dibujo que en el esta el ombre mirando una uellas de pasos que ay en el suelo y lleba un paraguas muy dibertido. Yo espero que el encontrara un amigo y no estara solo.
Abril 10.
Miss Kinnian me enseña a escribir megor. Ella dise mira una palabra y sierra los ojos y la dises una y otra bez hasta que la recuerdes. A mi me cuesta mucho aprender a poner bien las b y las v, y tamvien me cuesta mucho aprender a escrivir con la h. Aora ya no ago tantas faltas me a dicho Miss Kennian porque soy mas listo,
Abril 14.
E terminado Robinson Crusoe. Yo quería saber más de lo que le pasa a el pero Miss Kinnian dise que todo esta en el libro. Porque
Abril 15.
Miss Kinnian dise que estoy aprendiendo mucho. Ella a leido algunos de los Informes de Progresos y parece muy dibertida. Ella dise que yo soy una buena persona y que yo lo demuestro a todos ellos. Yo le e preguntad porque. Ella dise no importa pero dise que no tengo que preocuparme si descubro que todo el mundo no es tan bueno como yo creo, Ella dise que una persona a quien dios ha dado tan poco como a ti ase mas que un monton de personas con cerebros que ellos nunca usan. Yo e dicho que todos mis amigos son personas listas pero ellos son buenos. Ellos me quieren y nunca an echo nada que no era bueno, Luego ella tenia algo en los ojos y se a marchado corriendo al lababo de las señoras.
Abril 16.
Hoy, he aprendido, la coma, esto es una coma (,) un punto, con una cola, Miss Kinnian, dise que es importante, porque, ase escribir, mejor, ella dise, algien, puede perder, mucho dinero, si una como, no, esta, en el, lugar debido, yo no tengo, ningun dinero, y yo no beo, como una coma, ebita, que se pierda, el dinero,
Pero ella dise, todo el mundo, usa comas, de modo que yo, las uso, tamvien,
Abril 17.
E usado la coma mal. Es puntuación. Miss Kinnian dise que tengo que mirar palabras largas en el diccionario para aprender a escribirlas bien. Ella dise que esto es parte de mi educasion de modo que aora miro todas las palabras. Es muy difisil recordar como ay que escribirlas pero creo que boy recordando. Aora solo tengo que mirarlas una bez y las escrito bien. Aora me acuerdo de que e escrito mal la palabra puntuación (asi es como esta en el diccionario) Miss Kinnian dise que un punto tamvien es puntuación, y ay otros signos para aprender. Yo le e dicho que creía que todos los puntos tienen que llebar colas pero ella dise que no,
Pueden mesclarse los signos, ella me a enseñado ? a mi » como.se mesclan ! los signos ( bien,.y aora ; ya puedo ! mesclar toda clase » de signos de puntuacion,en ! mi escritura? Alli,ay montones ! de reglas ? para aprender; pero yo estoy metiendolas en mi cabeza.
Una cosa que a mi ? me gusta de la,Querida Miss Kinnian (as¡ es como ay que ponerlo en una carta de negosios si algun dia me dedico a los negosios) es que ella, siempre me da un motivo » cuando yo pregunto. Ella es un genio! Me gustaria! poder ser tan lista » como,ella;
(La puntuacion,es;dibertida!)
Abril 18.
¡Qué tonto soy! Ni siquiera comprendía lo que ella estaba diciendo. Anoche leí la gramatica y lo esplica todo, Entonces yo bi que era lo mismo que Miss Kinnian trataba de esplicarme, pero yo no lo cogia. Lo e estado mirando hasta medianoche, y lo e comprendido perfectamente.
Miss Kinnian dise que la TV trabajando mientras yo dormia me a ahiudado mucho, Ella dise que yo e alcanzado una meseta. Esto es como arriba de una montaña que esta llana.
Despues de aber aprendido como funcionan los signos de puntuacion, e leido todos mis Informes de Progresos desde el principio, ¡Cuantas faltas de ortografia y de puntuacion! Le e dicho a Miss Kinnian que voy a repasarlo todo para corregir las faltas, pero ella a dicho, «No, Charlie, el Dr. Nemur los quiere tener tal como estan. Por eso ha dejado que los guardes después de aber sacado una fotocopia, para comprobar tus progresos. Estas adelantando muy rapidamente, Charlie».
Esto me a puesto muy contento. Después de la leccion e ido a jugar con Algernon. Ya no aremos mas carreras.
Abril 20.
Estoy enfermo por dentro, No enfermo para ir a buscar al médico, sino que parece que tenga el pecho vacío y que me arda el corazón al mismo tiempo,
No iba a escribir sobre esto, pero creo que tengo que hacerlo porque es importante. Hoy ha sido la primera vez que he regresado directamente a casa después del trabajo,
Anoche Joe Carp y Frank Reilly me invitaron a ir con ellos. Había muchas chicas y algunos hombres de la fabrica. Yo recordé lo enfermo que me había puesto la última vez que bebi demasiado, de modo que le dije a Joe que no quería beber nada. Joe me dio un trozo de galleta para comer. No era mala, pero creo que me dejó un mal gusto en la boca.
Durante un rato nos divertimos mucho. Joe dijo que yo tenía que bailar con Ellen y ella me enseñaría los pasos. Me caí unas cuantas veces y no podía comprender porque, ya que nadie estaba bailando aparte de Ellen y yo, Y todo el rato estaba tropezando porque el pie de alguien se enredaba en los mios.
Luego, cuando vi la expresión de la cara de Joe sentía una sensación de malestar en la boca del estómago, «Es un bromista», dijo una de las muchachas. Todo el mundo se estaba riendo,
Frank dijo: «No me he reído tanto desde que le enviamos a buscar el periódico aquella noche, en el Muggsy, y le dejamos completamente curda».
«Miradle. Se ha puesto colorado.»
«Está ruborizándose. Charlie está ruborizándose.»
«Oye, Ellen, ¿qué le has hecho a Charlie? Nunca le había visto reaccionar de este modo.»
Yo no sabía qué hacer ni a donde mirar. Todo el mundo me estaba mirando y riendo y yo me sentí desnudo. Deseaba ocultarme. Eché a correr y salí a la calle. Luego me marché a casa andando, Es curioso que nunca supiera que Joe y Frank y todos los demás sólo querían estar conmigo para reírse de mí.
Ahora sé lo que quieren decir cuando hablan de parecerse a Charlie Gordon.
Estoy avergonzado
INFORME DE PROGRESOS 11
Abril 21.
Todavía no he ido a la fábrica. Le he dicho a mi patrona Mrs. Flynn que avisara a Mr. Donnegan diciéndole que estaba enfermo. Mrs. Flynn me ha mirado de un modo muy raro, como si estuviera asustada de mí.
Creo que es una cosa buena descubrir que todo el mundo se rie de mí. He pensado mucho en ello. Esto pasa porque soy tonto y ni siquiera sé cuando estoy haciendo alguna tontería. La gente piensa que es divertido cuando una persona no puede hacer las cosas del mismo modo que ellos las hacen. De todos modos, ahora me estoy volviendo más listo cada día. Conozco la puntuación y escribo perfectamente. Estudio las palabras más difíciles del diccionario y me acuerdo de ellas. Ahora leo mucho, y Miss Kinnian dice que leo muy de prisa. A veces incluso comprendo lo que estoy leyendo, y se me queda en la cabeza. A veces cierro los ojos y pienso en una página y la veo toda como si fuera un cuadro,
Además de historia, geografía y aritmética, Miss Kinnian dice que tengo que empezar a estudiar algunos idiomas extranjeros. El Dr. Strauss me ha dado algunos discos más para que los ponga al acostarme. Todavía no comprendo como funcionan la mente consciente y la subconsciente, pero el Dr. Strauss dice que no debo preocuparme aún por eso. Me ha pedido que le prometa que cuando empiece a estudiar temas universitarios la semana próxima no leeré ningún libro de psicología... es decir, hasta que él me autorice a hacerlo,
Hoy me encuentro mucho mejor, pero creo que aún estoy un poco furioso porque aquella gente se reía de mi y me tomaba el pelo porque no era tan listo, Cuando me convierta en un hombre inteligente como dice el Dr. Strauss, habiendo triplicado mi I. Q. de 68, entonces tal vez seré igual que los demás y la gente me tratará de un modo amistoso,
No estoy seguro de lo que es un I.Q. El Dr. Nemur dijo que era algo que media lo inteligente que era uno... como una escala de pesos de la tienda. Pero el Dr. Strauss tuvo una gran discusión con él y dijo que un I. Q. no pesa la inteligencia. Dijo que un I. Q. indica cuánta inteligencia puede uno desarrollar, como los números que hay en la parte exterior de un vaso de medir líquidos.
Luego, cuando le pregunté a Burt, que me hizo los tests de inteligencia y las pruebas con Algernon, me dijo que los dos estaban equivocados (tuve que prometerle que no se lo diría a ellos). Burt dice que un I. Q. mide un montón de cosas distintas, incluidas algunas de las cosas que uno ya había aprendido, y que en realidad no sirve para nada.
De modo que todavía no sé lo que es un I. Q., excepto que el mío será pronto de más de 200. No quiero decir nada, pero no entiendo una cosa: si ellos no saben lo qué es, ni dónde está, ¿cómo pueden saber cuánto ha adquirido uno?
El Dr. Nemur dice que mañana tendré un Rorschach Test. Me pregunto qué será eso,
Abril 22.
Ya he descubierto lo qué es un Rorschach. Es el test que me hicieron antes de la operación: el de las manchas de tinta en los trozos de cartulina. El hombre que me hizo el test era el mismo.
Yo estaba muy asustado por aquellas manchas de tinta. Sabía que iba a preguntarme qué es lo que veía en ellas, y sabía que no seria capaz de ver nada. Estaba pensando si habría algún modo de saber qué clase de cuadros estaban ocultos allí. Tal vez no eran cuadros. Tal vez era un truco para ver si yo era lo bastante tonto como para ver allí algo que no había. Al pensar en esto me puse furioso contra él.
-De acuerdo, Charlie -dijo-. Ya has visto antes estas cartulinas, ¿te acuerdas?
-Desde luego que me acuerdo,
Por el tono de mi voz comprendió que yo estaba furioso, y pareció sorprendido.
-Sí, desde luego, Ahora quiero que mires ésta. ¿Qué puede ser esto? ¿Qué ves en esta cartulina? La gente ve toda clase de cosas en estas manchas de tinta. Dime lo que ves tú en ella... en qué te hace pensar.
Yo estaba impresionado. Aquello no era lo que yo había esperado que dijera.
-¿Quiere usted decir que no hay ningún cuadro escondido en estas manchas de tinta?
Arrugó la frente y se quitó las gafas.
-¿Qué?
-Cuadros. Ocultos en las manchas de tinta. La última vez usted me dijo que cualquiera podía verlos y que usted quería que también yo los encontrara.
Él me explicó que la última vez había utilizado casi exactamente las mismas palabras que estaba utilizando ahora Yo no podía creerlo, y todavía tengo la sospecha de que me estaba engañando para reírse de mí. A no ser -también cabía la posibilidad- de que yo no le hubiese entendido bien a causa de mi deficiencia mental.
Miramos todas las cartulinas lentamente. Una de ellas parecía un par de murciélagos chocando contra algo, Otra parecía dos hombres luchando con espadas. Yo imaginaba toda clase de cosas. Y creo que lo hice bastante bien. Pero ya no me fiaba de aquel hombre y daba la vuelta a todos las cartulinas para ver si tenían algo oculto, Mientras él tomaba notas, yo miraba por el rabillo del ojo para ver si podía leerlo, Pero lo escribía todo en clave y era algo así
WF + A DdF - Ad orig. WF - A SF + obj.
El test todavía no tiene sentido para mí. Me parece que cualquiera puede mentir diciendo que ha visto cosas que en realidad no ha visto, ¿Cómo podía saber aquel hombre que yo no le estaba tomando el pelo mencionando cosas que en realidad no me eran sugeridas por las manchas de tinta? Tal vez pueda comprenderlo cuando el Dr. Strauss me deje leer libros de psicología.
Abril 25.
Me he inventado un nuevo modo de alinear las máquinas en la fábrica, y Mr. Donnegan dice que esto le ahorrará diez mil dólares al año en trabajo y en aumento de la producción. Me ha dado un billete de veinticinco dólares. Quería invitar a almorzar a Joe Carp y a Frank Reilly para celebrarla, pero Joe me ha dicho que tenía que ir a comprar algunas cosas con su mujer, y Frank me ha dicho que tenía que ir a almorzar con su primo, Creo que tendrá que pasar algún tiempo para que se acostumbren al cambio que se ha operado en mí. Todo el mundo parece estar asustado de mí. Cuando me acerqué a Amos Borg y le toqué en el hombro, dio un gran salto,
La gente ya no me habla amistosamente como solía hacerlo antes. Esto hace que me sienta un poco solo.
Abril 27.
Hoy he reunido todo mi valor y le he pedido a Miss Kinnian que viniera a cenar conmigo mañana por la noche para celebrar la propina que me había dado Mr. Donnegan.
De momento, ella no estaba segura de si sería correcto, pero yo se lo he preguntado al Dr. Strauss y me ha dicho que no había ningún inconveniente. El Dr. Strauss y el Dr. Nemur no parecen estar en muy buenas relaciones. Se pasan el tiempo discutiendo, Esta noche, cuando he entrado para preguntarle al Dr. Strauss lo de ir a cenar con Miss Kinnian, les he oído gritar. El Dr. Nemur estaba diciendo que aquel era su experimento y su investigación, y el Dr. Strauss replicaba que él había contribuido tanto como su colega, ya que me había encontrado a mí a través de Miss Kinnian y había realizado la operación. El Dr. Strauss ha añadido que algún día millares de neurocirujanos podrían utilizar su técnica en todo el mundo,
El Dr. Nemur deseaba publicar los resultados del experimento a finales de este mes. El Dr. Strauss quería esperar un poco más para mayor seguridad. El Dr. Strauss ha dicho que el Dr. Nemur estaba más interesado en la Cátedra de Psicología de Princeton que en el experimento. El Dr. Nemur ha dicho que el Dr. Strauss no era más que un oportunista que estaba tratando de obtener gloria pegándose a sus faldones.
Al salir de allí, más tarde, estaba temblando, No sé exactamente por qué, pero era como si hubiera visto claramente a aquellos dos hombres por primera vez. Recuerdo haberle :oído decir a Burt que el Dr. Nemur tenía una esposa muy ambiciosa que le estaba apremiando siempre para que publicara cosas a fin de que pudiera convertirse en un hombre famoso. Burt decía que el sueño dorado de la esposa del Dr. Nemur era tener un marido de gran renombre.
¿Estaba tratando realmente el Dr. Strauss de obtener gloria pegándose a sus faldones?
Abríl 28.
No comprendo cómo no me había dado cuenta nunca de lo bonita que en realidad es Miss Kinnian. Tiene los ojos castaños, y sus sedosos cabellos, del mismo color, le llegan hasta los hombros. ¡Sólo tiene treinta y cuatro años! Creo que desde el primer momento yo había tenido la sensación de que era un genio inalcanzable... y muy, muy vieja. Ahora, cada vez que la veo me parece más joven y más encantadora.
Hemos cenado y hemos charlado largamente. Cuando me ha dicho que yo estaba avanzando con tanta rapidez que pronto la dejaría a ella atrás, me he echado a reír.
-Es verdad, Charlie. Eres ya mucho mejor lector que yo misma. Puedes leer una página entera de una sola ojeada, en tanto que yo sólo puedo captar unas cuantas líneas al mismo tiempo, Y tú recuerdas todo lo que lees. En cambio yo, con mucha suerte, sólo puedo recordar las ideas principales y el significado general de lo que he leído.
-Yo no me siento inteligente. Hay tantas cosas que no comprendo...
Miss Kinnian cogió un cigarrillo y yo le di fuego.
-No tienes motivos para quejarte, Charlie. En cuestión de días y de semanas estás obteniendo lo que a las personas normales les cuesta media vida adquirir. Esto es lo que hace tan sorprendente la cosa. Ahora eres como una esponja gigante que va absorbiendo cosas. Hechos, cifras, conocimientos generales. Y pronto empezarás a relacionarlas unas con otras. Verás cómo están conectadas las distintas ramas del conocimiento. Existen muchos niveles de cultura, Charlie, como peldaños de una gigantesca escalera que le lleva a una cada vez más arriba y más arriba para ver más y más el mundo que le rodea.
Yo sólo puedo ver un trocito de ese mundo, Charlie, y no llegaré mucho más arriba de lo que estoy ahora, pero tú subirás más y más alto, y verás más y más cosas, y cada peldaño te abrirá nuevos mundos que nunca habías imaginado que pudieron existir -frunció el ceño-. Espero... sólo espero que Dios:..
-¿Qué?
-No importa, Charlie. Sólo espero no haberme equivocado cuando te aconsejé que fueras el primero en dejarte operar.
Me eché a reír.
-Eso no es posible. La cosa ha salido bien, ¿no es cierto? Incluso Algernon sigue siendo listo.
Nos quedamos silenciosos un buen rato y yo sé lo qué ella estaba pensando mientras me miraba juguetear con la cadena de mi pata de conejo y mis llaves. No quiero pensar en aquella posibilidad, del mismo modo que la gente de edad madura no quiere pensar en la muerte. Yo sé que esto es sólo el comienzo. Sé lo que miss Kinnian había querido decir al hablar de los niveles de cultura, porque yo he visto ya algunos de ellos. La idea de dejarla a ella me entristecía.
Estoy enamorado de miss Kinnian.
INFORME DE PROGRESOS 12
Abril 30.
He dejado mi trabajo en la Donnegan's Plastic Box Company. Míster Donnegan insistió en que seria mejor para todos que yo me marchara. ¿Qué es lo que he hecho para que me odien tanto?
La primera noticia que tuve del asunto fue cuando míster Donnegan me enseñó la petición. Ochocientos cuarenta nombres, todos los obreros de la fábrica, excepto Fanny Gierden. Al repasar rápidamente la lista, vi que el suyo era el único nombre que faltaba. Todos los demás pedían que yo fuese despedido.
Joe Carp y Frank Reilly no quisieron hablar del asunto. Nadie quiso hablar conmigo del asunto, excepto Fanny. Fanny es una de las pocas personas que conozco que actúan de acuerdo con lo que creen a pesar de todo lo que el resto del mundo pueda decir, hacer o pensar. Y Fanny creía que yo no tenia que ser despedido. Se había opuesto a la petición desde el primer momento y se mantuvo firme en su posición a pesar de las presiones y de las amenazas de que había sido objeto.
-Lo cual no quiere decir -observó Fanny- que yo no crea que hay algo muy extraño en lo que te ha ocurrido, Charlie. Has cambiado mucho. Eras un hombre bueno, obediente, normal... tal vez no demasiado brillante, pero honrado. Quién sabe lo que has hecho contigo mismo para convertirte repentinamente en un hombre tan listo... Como todo el mundo dice por aquí, Charlie, la cosa resulta un poco misteriosa.
-Pero, ¿cómo puedes decir eso, Fanny? ¿Qué hay de malo en que un hombre adquiera inteligencia y desee aumentar sus conocimientos y comprender el mundo que le rodea?
Fanny inclinó la mirada sobre su trabajo y yo me volví para marcharme. Sin mirarme, Fanny dijo
-Cuando Eva escuchó a la serpiente y comió el fruto del árbol del conocimiento, fue obra del demonio, Cuando vio que estaba desnuda, fue obra del demonio... De no haber sido por aquello, ninguno de nosotros se hubiera hecho viejo, ni hubiera conocido las enfermedades, ni hubiera muerto.
De nuevo la sensación de vergüenza ardía dentro de mi. Esta inteligencia ha levantado una barrera entre mi persona y los hombres y mujeres a los que conocía y quería. Antes, se reían de mí y me despreciaban por mi ignorancia y estupidez; ahora, me odian por mis conocimientos y por mi comprensión. ¿Qué es lo que quieren de mí, en nombre del cielo?
Me han echado de la fábrica. Ahora estoy más solo que nunca...
Mayo 15.
El doctor Strauss está furioso conmigo porque no he escrito ningún informe de progresos en dos semanas. Tiene mucha razón en quejarse, porque el laboratorio me paga ahora un salario de un modo regular. Le dije que estaba demasiado ocupado pensando y leyendo. Cuando le expliqué que el trabajo de escribir me resultaba muy pesado, debido a la mala letra que tengo, lo cual me hacía perder la paciencia, me sugirió que aprendiera a escribir a máquina. Ahora me resulta mucho más fácil escribir, ya que puedo mecanografiar casi setenta y cinco palabras por minuto. El doctor Strauss me recuerda continuamente la necesidad de hablar y de escribir de un modo sencillo, de modo que la gente pueda comprenderme.
Trataré de pasar revista a todas las cosas que me han ocurrido durante las últimas dos semanas. Algernon y yo fuimos presentados a la Sociedad Psicológica Norteamericana reunida en asamblea con la Sociedad Psicológica Mundial el pasado jueves. Producimos una verdadera sensación. El doctor Nemur y el doctor Strauss estaban muy orgullosos de nosotros.
Sospecho que el doctor Nemur, que tiene sesenta años -diez más que el doctor Strauss-, estima necesario comprobar los resultados tangibles de su trabajo. Indudablemente, el resultado de las presiones de mistress Nemur.
Contrariamente a mis primeras impresiones de él, me he dado cuenta de que el doctor Nemur no es un genio, ni mucho menos. Tiene un cerebro bastante bueno, pero está muy inseguro de sí mismo. Quiere que la gente le tome por un genio. En consecuencia, para él es muy importante saber que su trabajo es aceptado por el mundo. Creo que el doctor Nemur está impaciente porque teme que alguien pueda hacer algún descubrimiento en el mismo campo científico y esto le quite fama a él.
El doctor Strauss, en cambio, puede ser llamado un genio, aunque tengo la impresión de que sus zonas de conocimiento son demasiado limitadas. Fue educado en la tradición de la más estricta especialización; los aspectos más amplios de su propia especialidad fueron descuidados más de la cuenta... incluso tratándose de un neurocirujano.
Quedé asombrado al enterarme de que los únicos idiomas antiguos que podía leer eran latín, griego y hebreo, y que no sabe casi nada de matemáticas más allá de los niveles elementales del cálculo de variaciones. Cuando él mismo me confesó esto, casi me sentí enojado. Era como si hubiera estado ocultando aquella parte de sí mismo a fin de engañarme, fingiendo -como he descubierto que hace mucha gente- ser lo que no es. Ninguna de las personas que conozco es lo que parece ser en la superficie.
El doctor Nemur no parece encontrarse a gusto a mi lado. A veces, cuando trato de hablar con él, se limita a mirarme de un modo muy raro y da media vuelta, dejándome con la palabra en la boca. De momento, me puse furioso cuando el doctor Strauss me dijo que yo le estaba dando al doctor Nemur un complejo de inferioridad. Creía que se estaba burlando de mí, y soy muy susceptible al imaginar que puedan reírse a mi costa.
¿Cómo podía yo saber que un reputado psicoexperimentalista como Nemur no supiera una palabra de indostánico ni de chino? Es algo completamente absurdo, teniendo en cuenta los trabajos que se realizaban en la India y en China en aquella misma especialidad científica.
Le pregunté al doctor Strauss cómo podía refutar Nemur los ataques de Rahajamati a su método y a sus resultados, si Nemur no era capaz de leerlos primero, La extraña expresión del rostro del doctor Strauss sólo podía significar una de dos cosas. O bien que no quería decirle a Nemur lo que opinaban en la India de sus experimentos, o bien -y esto me preocupa- que el propio doctor Strauss lo ignoraba. Debo tener cuidado y hablar y escribir de un modo claro y sencillo de modo que la gente no se ría.
Mayo 18.
Estoy muy disgustado. Anoche vi a miss Kinnian por primera vez desde hace una semana. Traté de evitar toda alusión a temas demasiado intelectuales y de mantener la conversación a un nivel sencillo, cotidiano, pero ella se limitó a mirarme con expresión de desconcierto y me preguntó qué significaba aquello de la variante matemática equivalente en el Quinto Concierto de Dorbermann.
Cuando traté de explicárselo me hizo callar y se echó a reír. Me puse furioso, pero sospecho que me estoy acercando a ella a un nivel equivocado. Hable de lo que hable con ella, soy incapaz de establecer una comunicación entre nosotros. Debo revisar las ecuaciones de Wrostadt sobre Los niveles de progresión semántica. Me he dado cuenta de lo imposible que me resulta establecer comunicación con la gente. Gracias a Dios, puedo pensar en libros, y en música, y en otras muchas cosas. La mayor parte del tiempo lo paso solo en mi habitación de la casa de huéspedes de mistress Flynn, y rara vez hablo con alguien.
Mayo 20.
No me hubiera fijado en el nuevo lavaplatos, un muchacho de unos dieciséis años, en el restaurante donde solía cenar todas las noches, de no ser por el incidente de los platos rotos.
Cayeron al suelo, haciéndose añicos y esparciendo trozos de loza blanca por debajo de las mesas. El muchacho quedó allí de pie, aturdido y asustado, con la bandeja vacía en las manos. Los comentarios y las carcajadas de los clientes, los gritos de «¡Vaya! ¡Ahí van los beneficios! »... «¡Mazeltov!»... y, «Bueno, no trabajará aquí mucho tiempo»... los cuales parecen seguir de un modo invariable a la rotura de vasos o de platos en un restaurante) parecían confundirle más y más.
Cuando el dueño se presentó para ver a qué se debía aquel jaleo, el muchacho se cubrió el rostro con el antebrazo como si temiera recibir una bofetada de un momento a otro.
-Está bien, está bien, ya la has hecho -gritó el dueño- ¡No te quedes ahí plantado como un pasmarote! Vete a buscar una escoba y barre todo esto, Una escoba... ¡Una escoba, idiota! Está en la cocina. Barre bien todos los pedazos.
El muchacho vio que no iba a ser castigado. Su asustada expresión desapareció, y cuando regresó con la escoba para barrer el suelo estaba sonriendo. Unos cuantos clientes empezaron a reírse a su costa.
-Aquí, muchacho, detrás tuyo tienes un hermoso pedazo de plato...
-Vamos, hazlo otra vez...
-No es tan tonto como parece. Es más fácil romper los platos que lavarlos...
El muchacho miró a los que hablaban con ojos desprovistos de toda expresión, y finalmente sonrió por la chanza que evidentemente no comprendía.
Al ver aquella vacua sonrisa, aquella insegura mirada de los ojos de un niño deseoso de mostrarse complaciente, me sentí enfermo. Se estaban riendo de él porque era un retrasado mental.
Y yo también me había estado riendo de él.
Repentinamente me puse furioso conmigo mismo y con todos aquellos que se estaban mofando del muchacho. Me levanté de un salto y grité
-¡Cállense! ¡Déjenlo en paz! ¡No es culpa suya si no puede comprender! ¡No puede evitar ser como es! ¡Pero... pero sigue siendo un ser humano!
Se produjo un gran silencio. Me maldije a mi mismo por haber perdido el control y haber hecho una escena. Traté de no mirar al muchacho mientras pagaba mi cuenta sin haber tocado la comida. Me sentía avergonzado por los dos.
Qué extraño resulta que unas personas de buenos sentimientos, sensibles, que no abusarían de un hombre que hubiera nacido sin brazos, o sin piernas, o sin ojos, no consideren ofensivo tomarle el pelo a un hombre que ha nacido corto de inteligencia. Me enfurecía pensar que hacía muy poco tiempo que yo, al igual que el muchacho del restaurante, había representado estúpidamente el papel de payaso.
Y casi lo había olvidado.
Me ocultaba a mí mismo el cuadro del antiguo Charlie Gordon porque ahora, que era inteligente, aquello era algo que debía borrar de mi cerebro. Pero hoy, al mirar a aquel muchacho, he visto por primera vez lo que yo había sido. ¡Yo era exactamente igual que él!
Hace muy poco tiempo, aprendí que la gente se reía de mi. Ahora sé que inconscientemente me unía a la gente riéndome de mí mismo, Y esto es mucho más doloroso.
A menudo he vuelto a leer mis informes de progresos y he visto la ignorancia, la ingenuidad infantil, la mente de escasa inteligencia mirando desde una habitación oscura, a través del ojo de la cerradura, a la cegadora luz del exterior. Veo que incluso en mi estupidez yo sabía que era inferior, y que las otras personas tenían algo que a mí me faltaba... algo que a mí me había sido negado. En mi ceguera mental, yo pensaba que era algo relacionado con la capacidad de leer y escribir, y estaba convencido de que si yo podía adquirir aquellas habilidades automáticamente me sería dada también la inteligencia.
Incluso un hombre de mentalidad atrasada desea ser como los otros hombres.
Un niño puede no saber cómo alimentarse a sí mismo, ni lo que tiene que comer, pero sabe que tiene hambre.
La lección recibida había sido muy provechosa para mí. Viendo el pasado con más claridad, he decidido aplicar mis conocimientos y mis habilidades a la tarea de aumentar los niveles de la inteligencia humana. ¿Quién mejor equipado que yo para esa tarea? ¿Quién ha vivido en los dos mundos? He pertenecido a la familia de los retrasados mentales. Dejadme que emplee el don que me ha sido concedido en hacer algo por ellos.
Mañana, hablaré con el doctor Strauss para ver de qué modo puedo enfocar mi trabajo para que resulte más eficaz. Tal vez pueda ayudarle a él en la solución de los problemas que plantea la extensión de la técnica que me fue aplicada a mí. Tengo varias ideas sobre la materia.
Esta técnica puede producir resultados asombrosos. Si ha podido convertirme a mí en un genio, ¿no podría alcanzarse niveles fantásticos aplicándola a personas normales? ¿Y aplicándola a genios innatos?
Hay muchas puertas para abrir. Y estoy impaciente por empezar a abrirlas.
INFORME DE PROGRESOS 13
Mayo 23.
Ha ocurrido hoy. Algernon me ha mordido. He ido al laboratorio para hacerle una visita, como hago de cuando en cuando, y al sacarle de la jaula me ha mordido en la mano. He vuelto a meterlo en la jaula y lo he contemplado un buen rato, Estaba desacostumbradamente excitado y agresivo.
Mayo 24.
Burt, que tiene a su cargo los animales destinados a experimentos, me ha .dicho que Algernon está cambiando. Se muestra indolente; se niega a recorrer el laberinto; la motivación general ha disminuido. Y no quiere comer. Todo el mundo está intrigado acerca del significado que todo esto puede tener.
Mayo 25.
Han estado alimentando a Algernon, que ahora se niega a resolver problemas para obtener su comida. Todo el mundo me identifica con Algernon. En un sentido, los dos somos los primeros de nuestro tipo, Todos aseguran que el comportamiento de Algernon no es necesariamente significativo para mí. Pero resulta difícil ocultar el hecho de que algunos de los otros animales que fueron utilizados en este experimento se están portando de un modo muy raro.
El doctor Strauss y el doctor Nemur me han pedido que no vaya al laboratorio, Sé lo que están pensando, pero no puedo aceptarlo. Voy a seguir adelante con mis proyectos de investigación. Con el debido respeto a los dos excelentes hombres de ciencia, tengo plena consciencia de sus limitaciones. Si existe una respuesta, tengo que encontrarla por mi mismo. Repentinamente, el tiempo se ha convertido en algo muy importante para mi.
Mayo 29.
Me han dado un laboratorio para mi uso personal y permiso para seguir adelante con mis investigaciones. Los estoy aprovechando bien. Trabajo día y noche. Tengo un catre plegable en el laboratorio. La mayor parte del tiempo que dedicaba a la escritura lo invierto en la redacción de las notas que guardo en folios separados, pero de cuando en cuando encuentro necesario anotar mis estados de ánimo y mis pensamiento, tal como tenía por costumbre.
He descubierto que el calculus de inteligencia es un estudio fascinante. Éste es el campo al que puedo aplicar todos los conocimientos que he adquirido. Es el problema que me ha afectado directamente toda mi vida.
Mayo 31.
El doctor Strauss cree que trabajo demasiado. El doctor Nemur dice que estoy tratando de concentrar en unas semanas toda una vida de investigación. Sé que debería descansar, pero me siento empujado por algo interior que no me permite detenerme. Tengo que descubrir el motivo de la repentina regresión de Algernon. Tengo que saber si y cuándo me ocurrirá a mí.
Junio 4.
CARTA AL DR. STRAUSS (copia).
Mi querido Dr. Strauss
En sobre aparte le envío una copia de mi informe titulado “El Efecto Algernon-Gordon : Un Estudio sobre la Estructura y el Funcionamiento de la Inteligencia Aumentada" el cual me gustaría que leyera usted antes de su publicación.
Como podrá ver, mis experimentos han sido exhaustivos. He incluido en mi informe todas mis fórmulas, así como los análisis matemáticos, que van en el apéndice. Desde luego, los análisis tienen que ser comprobados.
A causa de su importancia para usted y para el doctor Nemur (y no hace falta decir que también para mí) he revisado y vuelto a revisar mis resultados una docena de veces, con la esperanza de encontrar un error. Siento decir que los resultados son exactos. Sin embargo, en beneficio de la ciencia, me alegro de haber podido aportar una pequeña contribución al conocimiento del funcionamiento de la mente humana y a las leyes que gobiernan el aumento artificial de la inteligencia humana.
Recuerdo que usted me dijo en cierta ocasión que un fracaso experimental o la refutación de una teoría era tan importante para el avance de un conocimiento como el propio éxito.
Ahora sé que es verdad. Lamento, sin embargo, que mi contribución en este terreno descanse sobre las cenizas del trabajo de dos hombres a los cuales aprecio y admiro tanto. Sinceramente suyo,
CHARLES GORDON
Junio 5.
No debo dejar paso al sentimentalismo. Los hechos y los resultados de mis experimentos son claros, y los aspectos más sensacionales de mi propia rápida ascensión no pueden oscurecer el hecho de que la triplicación de la inteligencia por medio de la técnica quirúrgica desarrollada por los doctores Strauss y Nemur deben ser considerados como de muy escasa o de ninguna aplicabilidad (en los momentos actuales) para el aumento de la inteligencia humana.
Al revisar los informes y los datos sobre Algernon, veo que, aunque se encuentra aún en su infancia física, ha retrocedido mentalmente. La actividad motriz ha empeorado; existe una acelerada pérdida de coordinación.
Existen también claros síntomas de una progresiva amnesia.
Tal como podrá apreciarse en mi informe, éstos y otros síndromes de deterioración física y mental pueden ser predichos con resultados estadísticamente significativos mediante la aplicación de mi fórmula.
Los estímulos quirúrgicos a los cuales hemos sido sometidos Algernon y yo han provocado una intensificación y aceleración de todos los procesos mentales. El imprevisto desarrollo, al cual me he tomado la libertad de llamar el Efecto Algernon-Gordon, es la extensión lógica del proceso de aceleración de la inteligencia. La hipótesis aquí demostrada puede ser descrita sencillamente en los siguientes términos: la inteligencia aumentada artificialmente se deteriora en un espacio de tiempo directamente proporcional a la cantidad de aumento.
Creo que esto, en si mismo, es un importante descubrimiento.
Mientras sea capaz de escribir, seguiré anotando mis ideas en estos informes de progresos. Es uno de mis pocos placeres. Sin embargo, según todos los indicios, mi propia deterioración mental será muy rápida.
He empezado ya a notar síntomas de inestabilidad emotiva y de lagunas nemotécnicas, los primeros en anunciar la proximidad de la deterioración.
Junio 10.
La deterioración va en aumento. Experimento prolongadas ausencias mentales.
Algernon murió hace dos días. La autopsia ha demostrado que mis predicciones eran ciertas. Su cerebro había perdido peso y existía un reblandecimiento general de la masa encefálica así como un ensanchamiento de las fisuras del cerebro.
Creo que no tardará en sucederme lo mismo a mi. Ahora que es un hecho seguro, no deseo que ocurra.
He colocado el cadáver de Algernon en una cajita de quesos y le he enterrado en el patio trasero, He llorado.
Junio 15.
El doctor Strauss ha venido a verme otra vez. No he querido abrirle la puerta y le he dicho que se marchara. Quiero estar solo. Me he convertido en una persona susceptible e irritable. Resulta difícil ahuyentarlas ideas de suicidio. No ceso de decirme a mí mismo cuán importante será este diario introspectivo.
Es una extraña sensación la de coger un libro que uno ha leído y gozado hace sólo unos meses y descubrir que no lo recuerda. Me acuerdo de la gran impresión que me produjo John Milton, pero cuando cogí El Paraíso Perdido no comprendí absolutamente nada. Me puse tan furioso, que tiré el libro al otro extremo de la habitación.
'Trato de aferrarme desesperadamente a algunas de las cosas que he aprendido, ¡Oh, Dios mío! Que no lo pierda todo, te lo ruego...
Junio 19.
A veces, por la noche, salgo a dar un paseo. Anoche no pude recordar dónde vivía. Un policía me acompañó a casa. Tengo la extraña sensación de que todo esto me ha ocurrido antes... hace mucho tiempo. No ceso de decirme a mí mismo que soy la única persona del mundo que puede describir lo que me está ocurriendo.
Junio 21.
¿Por qué no puedo recordar? Tengo que luchar. Me quedo en la cama días enteros sin saber quién soy ni dónde estoy. Luego todo vuelve a mí como en un relámpago. Fugas de amnesia. Síntomas de senilidad... segunda infancia. Puedo verlos aparecer. Esto es cruelmente lógico. He aprendido tanto y con tanta rapidez... Ahora mi mente se está deteriorando rápidamente. Tengo que luchar. Me resulta insoportable pensar en el muchacho del restaurante, en su vacua expresión, en su estúpida sonrisa, en la gente riéndose de él. No... por favor... aquello, no...
Junio 22.
Estoy olvidando cosas que había aprendido recientemente. La cosa parece seguir la pauta clásica: las últimas cosas aprendidas son las primeras olvidadas. ¿Era así, en realidad? Tendré que mirarlo otra vez...
He vuelto a leer mi informe sobre el Efecto Algernon-Gordon y he experimentado la extraña sensación de que estaba escrito por otra persona. Hay partes que ni siquiera comprendo.
La actividad motriz empeora. Tropiezo continuamente, y escribir a máquina se ha convertido en una tarea sumamente dificultosa.
Junio 23.
He renunciado por completo al uso de la máquina de escribir. Mi coordinación es muy deficiente. Noto que me muevo cada vez con más lentidad. Hoy he recibido una terrible impresión. He cogido una copia de un articulo que había utilizado en mi investigación, Uber psychische Ganzheit de Krueger, para ver si podía ayudarme a comprender mis deducciones. De momento creí que tenía algo en la vista. Luego he comprobado que ya no podía leer el alemán. He hecho la prueba con otros idiomas. Los he olvidado todos.
Junio 30.
Ha pasado una semana desde la última vez que escribí. Esto se desliza como arena a través de mis dedos. La mayor parte de los libros que tengo me resultan ininteligibles ahora. El comprobarlo me pone furioso porque sé que hace unas semanas los leía y comprendía perfectamente.
No ceso de decirme a mí mismo que tengo que continuar escribiendo informes a fin de que alguien pueda saber lo que me está ocurriendo. Pero resulta difícil formar las palabras y recordar como se escriben. Ahora tengo que consultar en el diccionario incluso palabras sencillas y esto me pone nervioso.
El doctor Strauss viene por aquí casi todos los días, pero le he dicho que no quiero ver ni hablar con nadie. Se siente culpable. Todos ellos se sienten culpables. Pero yo no le reprocho nada a nadie. Pero resulta muy doloroso,
Julio 7.
No me doy cuenta del paso de las semanas. Oy se que es domingo porque puedo ver a través de mi ventana la gente que va a la iglesia. Creo que he estado en la cama toda la semana pero recuerdo a mistress Flynn que me ha traído comida unas cuantas veces. Me digo una y otra vez que tengo que hacer algo pero luego me olvido o quizás es más fácil no hacer lo que digo que voy a hacer.
Estos días he pensao mucho en mi madre y en mi padre. He encontrado una fotografía de ellos tomada en la playa conmigo, Mi padre tiene un balón muy grande debajo del brazo y mi madre me tiene cogido de la mano, No los recuerdo tal como están en la fotografía. Lo único que recuerdo es que mi padre estaba borracho la mayor parte del tiempo y siempre discutía con mamá por el dinero.
Casi nunca se afeitaba y me arañaba la cara cuando me cogía en brazos. Mi madre dijo que se había muerto pero Prima Millie dijo que había oído a su madre y a su padre que decían que mi padre se había fugado con otra mujer. Cuando se lo pregunte a mi madre me dio una bofetada y dijo que mi padre estaba muerto. No creo que llegue a saber nunca la verdad pero no me importa mucho. (Mi padre me había dicho que iba a llevarme a una granja para ver las vacas, pero no lo hizo, Nunca cumplía sus promesas...)
Julio 10.
Mi patrona mistress Flynn está muy enfadada conmigo. Dice que cuando me ve todo el día tumbado en la cama y sin hacer nada se acuerda de su hijo antes de que lo echara de casa. Ella dice que no le gustan los gandules. Si estoy enfermo es una cosa, pero si soy un gandul es otra cosa y no lo aguantará. Yo le he dicho que creo que estoy enfermo.
Trato de leer un poco todos los días, principalmente cuentos, pero a veces tengo que leer la misma cosa una y otra vez porque no sé lo que quiere decir. Y escribir es muy difícil. Sé que tendría que mirar todas las palabras en el diccionario, pero es muy difícil y siempre estoy cansado.
Luego he tenido la idea de utilizar sólo las palabras fáciles en vez de las difíciles. Esto ahorra tiempo. Llevo flores a la tumba de Algernon una vez a la semana.
Mistress Fliynn cree que estoy loco por llevarle flores a un raton, pero yo le he dicho que Algernon era un raton especial.
Julio 14.
Es domingo otra vez. No tengo nada que hacer para distraerme porque mi aparato de televisión está estropeado y no tengo dinero para arreglarlo. (Creo que he perdido el cheque del laboratorio de este mes. No lo recuerdo.)
Tengo terribles dolores de cabeza y la asperina no me alivia. Mistress Flynn sabe que estoy realmente enfermo y está muy preocupada por mí. Es una mujer maravillosa cuando alguien está enfermo.
Julio 22.
Mistress Flynn ha llamado a un médico para que me visite. Tenía miedo de que me muriera. Le he dicho al médico que no estaba enfermo y que sólo perdía la memoria algunas veces. Él me ha preguntado si tenía amigos o parientes y yo le he dicho que no tenia ninguno. Le he dicho que había tenido un amigo llamado Algernon pero era un raton y hacíamos carreras. Me ha mirado de un modo muy raro, como si creyera que yo estaba loco.
Sonrió cuando le he dicho que yo había sido un genio, Me habló como si yo fuera un chiquillo y le ha guiñado el ojo a mistress Flynn. Me he enfurecido y le he hecho salir de mi cuarto porque se estaba riendo de mí del modo que todos solían hacer.
Julio 24.
He estado mirando algunos de mis antiguos informes de progresos y son muy divertidos pero no puedo leer lo que escribí. Puedo leer las palabras pero no tienen ningún sentido.
Miss Kinnian ha venido a verme pero yo le he dicho márchese yo no quiero verla a usted. Ella ha llorado pero no la he dejado entrar porque no quiero que se ría de mí. Le he dicho que ya no la quería. Le he dicho que ya no quería ser listo nunca más. Esto no es verdad. Todavía la quiero y todavía quiero ser listo pero tenía que decirle aquello para que se marchara. Ella le ha dado dinero a mistress Flynn para pagar la pensión. Yo no quería esto. Yo quiero tener un trabajo.
Por favor... por favor que no me olvide de cómo se lee se escribe...
Julio 27.
Mister Donnegan estuvo muy amable cuando fui a pedirle mi antigua plaza. Al principio me miró con sospecha pero yo le dicho lo que me había ocurrido y entonces el pareció ponerse triste y ha puesto su mano en mi hombro y me ha dicho Charlie Gordon la plaza es tuya.
Todo el mundo me ha mirado cuando he subido arriba y he empezado a trabajar en los lavabos limpiándolos como hacía antes. Me he dicho a mi mismo Charlie si se rien de ti no te preocupes recuerda que ellos no son tan listos como habías creido que eran. Y ademas ellos eran amigos tuyos y si se reian de ti esto no significaba nada porque ellos también te querian a ti.
Uno de los hombres que entro a trabajar en la fabrica despues de marcharme yo se ha acercado a mi y me ha dicho Charlie he oido decir que eres un tipo muy listo, Di algo inteligente. Me ha sabido mal pero Joe Carp le ha agarrado por la camisa y le ha dicho deja a Charlie en paz estupido o te rompere la cara. Yo no esperaba que Joe se pusiera de mi parte de modo que creo que es realmente mi amigo.
Mas tarde Frank Reilly ha venido y me ha dicho Charlie si alguien te molesta a ti me llamas a mi o a Joe y nosotros nos ocuparemos de el. Yo le he dicho gracias Frank y he quedado tan emocionado que he tenido que meterme en uno de los lavabos para que no me viera llorar. Es bueno tener amigos.
Julio 28.
Hoy he hecho una tonteria me he olvidado de que ya no estaba en la clase de miss Kinnian en el centro de adultos como antes. He ido allí y me he sentado en mi antiguo asiento en el fondo de la clase y ella me ha mirado muy extrañada y ha dicho Charlie. Yo no recuerdo que antes me hubiera llamado a mi solo Charlie de modo que he dicho hola miss Kinnian estoy preparado para mi lección de hoy pero he perdido el libro de lectura que estabamos utilizando. Ella ha empezado a llorar y se ha marchado de la clase y todo el mundo me ha mirado y he visto que no era la misma gente que había en mi clase.
Luego de repente he recordado algunas cosas de la operación y cuando yo era mas listo y me he marchado antes de que miss Kinnian volviera a la clase.
Por esto me marcho de Nueva York. No quiero que miss Kinnian tenga pena por mi. En la frabica todo el mundo tiene pena por mi y yo no quiero esto de modo que me marcho a algun lugar donde nadie sepa que Charlie Gordon fue un genio por un tiempo y ahora no puede ni siquiera leer un libro ni escrivir bien.
Me llebare un par de libros y aunque no pueda leerlos are muchas practicas y tal vez no olvide todas las cosas que aprendi. Si ago muchas practicas tal vez sere un poco mas listo de lo que era antes de la operasion. Me llevo mi pata de conejo y mi penique de la suerte y tal vez me ayuden.
Si llega a leer esto miss Kinnian no se preocupe por mi yo estoy contento de aber tenido una segunda oportunidad de ser listo porque aprendi un monton de cosas que ni siquiera sabia que estaban en este mundo y me alegro de haberlas bisto un poco, No se porque soy tonto otra vez ni que he hecho mal quisaz no trabaje vastante. Pero si yo trabajo y practico mucho quisaz sere un poco más listo y sabre lo que son todas las palabras. De todos modos, me alegro de aber sido la primera persona tonta del mundo que a descubierto algo importante para la siencia. Yo recuerdo haber echo algo pero no recuerdo que. Pero creo que era algo bueno para todas las personas tontas como yo,
Adios miss Kinnian y doctor Strauss y todo el mundo.
Y P. D. por favor digan al doctor Nemur que no sea tan gurñon cuando la gente se rie de el y asi tendra más amigos. Es fasil acer amigos si uno deja que la jente se ría de el. Donde yo boy tendre montones de amigos.

P. P. D. - Por favor si pueden pongan algunas flores en la tumva de Algernon en el patio trasero...

[i][i] se refiere al I.Q. (Intelligence Quotient) = cociente de inteligencia. (N. del T.)

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